𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚌𝚒𝚗𝚌𝚘

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Narra Charlie.

Después de mucho tiempo volvería con mi familia por una temporada larga, había termino mi carrera hace 3 meses y ya era un experto en dragones que es lo que me hace feliz. Mis padres se resignaron a que a eso me dedicaré toda mi vida, aunque no les guste fingen muy bien su desagrado.

Recibí una carta de mi padre informándome que consiguió boletos para la copa de Quidditch, diciendo que tenía boletos para todos sus hijos y los dos amigos de Ron y que incluso le sobra uno, ya que mi madre no le interesa el deporte, así que no piensa ir.

La madriguera seguía igual por fuera, aspiré y pude tener todos los olores que este hogar tiene, los olores con los que crecí. Tome con fuerza mi bolso donde tenía Lemus pertenencias (con un hechizo para que cupiera todo) y mi otra mano fue al pomo de la puerta.

—Tú puedes Charlie

Me dije, gire el pomo y entre. La sala estaba vacía vi el reloj y vi cómo mi manecilla aparecía en casa. Escuché ruido de la cocina y me acerqué con cuidado, mi madre estaba en ella.

—Hola mamá

Ella se sobresaltó, cuando me vio sonrió y se acercó a mi a abrazarme, yo se lo devolví con gusto.

—Charlie, volviste.—el me vio.—Tu cabello creció.—me tocó el cabello.—Creciste más.—dijo ya que era cierto, mi espalda se ensanchó y mis hombros también, tenía mucho músculo.—¿Que te pasó en los brazos Charlie?

Mire mis brazos, tenía algunas quemaduras de dragón.

—El trabajo mamá.—ella iba a comenzar a hablar así que le dije.—mamá amo mi trabajo.

Ella resignada me dijo.

—Bien.—se acercó a las escaleras.—BAJEN TODOS CHARLIE VOLVIÓ.

Se comenzaron a escuchar los pasos, el primero que bajo fue Bill.

—Hermano. Cuánto tiempo.—me dijo.

—Lo mismo digo.—ambos nos abrazamos.—¿Que tal Egipto?

—Todo es fantástico, amo mi trabajo ¿tú que me cuentas?

—Rumania es fantástica.

—¿Alguna chica?—me pregunto.

—No, para nada.

MIs otros hermanos vinieron y los salude a todos, es bueno volver donde todos ellos, hasta que llegó papá.

—Hijo.

Lo abracé con fuerza, lo había extrañado bastante.

—Que bueno es volver papá.

—Si, nos vamos a divertir en esta copa. El sábado vendrán los amigos de ron y el domingo nos iremos.- me dijo.

—¿que harás con la boleta que falte?—le pregunte, ya que podían llevar a Adaliah

—Creo que la venderé.

Fruncí el ceño.

—Papá, ¿por que no llevamos a Adaliah?—mi padre, madre, ron y Ginny me vieron.—Ella a venido a esta casa por seis años, la conocemos y nunca a ido a un mundial.

—Charlie, no creemos que sea lo mejor. Los tiempos están raros y ella bueno es...—trato de decir mi padre.

Yo entendía todo y me enojo,

—Porque es una Slytherin.—dije enojado.

—Si hijo...ellos nunca son buenos, son malvados.

—Hazle caso a papá Charlie.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora