Eleven.

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trigger warning// mención de vomito, bullying, mareos, cortadas y también del suicidio. 

«j»

Estaba mal, todo estaba mal.

Era martes por la mañana y definitivamente el lunes había sido uno de los peores días de toda la corta vida para Jill. No pudo dormir en toda la noche, las lagrimas aun caían sobre sus mejillas y los miles de pensamientos que inundaban su mente no la dejaban siquiera cerrar los ojos. Y aunque muchos se quedaban dormidos mientras lloraban, los sollozos que lanzaba la pequeña eran tan grandes que se le hacían difícil controlarlos. Ahora ya era de mañana y se encontraba completamente sola en su habitación, y aunque había gente en casa, se sentía completamente sola.

Solo se pudo levantar para intentar desayunar aunque realmente no pudo siquiera tomar un bocado, después de unas cuantas miradas inquisitorias de parte de Kathy, Jill decidió decirle que se sentía terriblemente mal de salud y que no podía ir a la escuela así. Kathy pareció atar los hilos sueltos y le creyó, dejándola volver a su habitación aunque no sin antes hacerle tomar un té de manzanilla, claro. Jill sintió que no tuvo que fingir mucho ya que de seguro su cara era totalmente terrible, hoy ni se quería mirar al espejo, pero estaba segura de que sus ojos estaban rojos, su piel pálida y sus ojeras mucho mas grandes de lo normal.

Cuando volvió a su habitación apenas y logró caminar hasta la cama y meterse bajo las frías sabanas, abrazando con todas las fuerzas que le quedaban a su peluche llamado Cow -con forma de oso, por supuesto-. Mirando a la absoluta nada mientras esperaba a que Kathy estuviera lo suficientemente ocupada como para no notado, lo suficientemente concentrada en algo para siquiera preocuparse en Jill y así poder lograr lo que ya tenía pensado desde hace tiempo.

Después de unos cuantos minutos así, Jill cerró sus ojos y de inmediato las imágenes de ayer invadieron su mente como una película, haciéndola soltar un sollozo mas grande de lo normal. Esto causando que se tapara la boca con su mano para tratar de frenar los sonidos de dolor que salían desde su garganta y haciendo que se sentara en la cama, mirando a la ventana e instintivamente moviendo sus manos ansiosamente sobre la piel de sus antebrazos. 

Se estaba rasguñando, haciéndose daño a sí misma para poder opacar los pensamientos y recuerdos que la inundaban, solo porque quería sentir otra cosa que no fuera aquello.

Su mente estaba completamente nublada desde ayer en la tarde, lo que había pasado la había dejado totalmente pasmada, ni siquiera le importo que sus compañeros la vieran llorar desconsoladamente, pero la verdad es que sentía que había llegado a un limite. Se sentía terrible. Esa vez ni siquiera buscó a su mejor amiga para hablar de aquello o desahogarse, tampoco entró a Twitter o alguna otra red social para ver que había pasado con Zayn y así distraerse. Esta vez simplemente decidió desconectarse.

Ayer aunque iba camino a la escuela, Jill se encontraba feliz. Lo que había sucedido el domingo, a excepción del encuentro con Jack, todavía la mantenía en un buen humor y eso le gustaba. La verdad toda la mañana había transcurrido de lo mas normal. Bueno, de hecho no tan normal, pero si tranquila y eso de hecho no era normal. Lo único que podía pensar Jill era que por lo menos no le habían hecho nada hasta el momento, aunque si podía notar que sus compañeros susurraban cosas detrás de ella y cada vez que la venían venir se callaban. 

Eso la tenía nerviosa, mas no le quería dar más vueltas al asunto y solo decidió ignorarlo.

Al rededor de las 1 de la tarde aun seguía en la escuela y todo porque tenía que ayudar a la profesora de Educación Física a terminar unas cosas en el auditorio, iba a dar unas cuantas charlas o algo por el estilo la semana que venía. La verdad no sabia para que pero solo sabía que tenía que ayudar para así conseguir ese puntaje extra.

18 // zjm (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora