Fifty-four.

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«z»

Mierda.

-amor- repitió Jill de nuevo mientras tomaba mi mano y la acariciaba un poco.

Esto lo sabía solo porque la estaba viendo, pero no podía sentir nada además de la rabia que me estaba tratando de consumir. Su voz sonaba lejana, no la escuche más después de unos cuantos segundos y supe que ahora no estaba diciendo nada, solo estaba tratando de calmarme mientras me daba pequeñas caricias. Sabía que yo estaba temblando porque su mano se movía un poco encima de mi puño.

Estaba muy enojado, y por supuesto que no con ella, estaba enojado con todas las personas que le pudieron hacer daño en cualquier momento de su vida, en especial con ese chico que le había causado tanto daño. Tanto que a la final Jill trató... Trató de suicidarse.

Bien, tenía que respirar y tratar de calmarme porque todavía no había digerido y procesado bien toda la información. Tenía que de verdad calmarme, porque si no sentía que iba a golpear lo más cerca que tenía, y eso era la pequeña canasta de comida. No quería arruinar el día de campo, y mucho menos asustar a Jill, la cual seguía a mi lado ahora acariciando mi cabello.

Okay, primero la habían molestado y acosado por más de cuatro años en la escuela, pero no le había dicho nada a sus padres por lo de James y todo el problema que tuvo su familia, y la empresa. Lo comprendía.

Por lo menos desde el punto de vista de que ella no quería ser "otra carga más" cuando su familia estaba teniendo tantos problemas, tanto personales como públicos.

Pero lo que no comprendía es como estas "bromas" organizadas por ese chico, el tal J, se habían vuelto más y más pesadas, hasta el punto de que ella se quisiera quitar la vida solamente para dejar de sentir el dolor de ir a la escuela y la culpa de no decir nada.

Y mucho menos entendía como su estúpida escuela no le había dicho nada a sus padres, incluso cuando ellos sabían lo que pasaba con Jill y sus "compañeros". Mierda.

Mi Jill, mi hermosa. Trató de suicidarse por culpa de unos cobardes e inmaduros que piensan, o por lo menos desde que pasó lo de Jill, pensaban que burlarse de los otros va a hacer que sus vidas mejoren.

Trate de calmarme, pero al pensar de nuevo en todo lo que me había dicho simplemente hice todo lo contrario.

Si mis manos antes estaban en puños ahora lo estaban mucho más y mi mandíbula también volvía a estar completamente tensa por lo cual me empezaba a doler un poco, escuchaba perfectamente mi pulso y con eso sabía que estaba de verdad muy enojado, mierda.

Le di una pequeña mirada y la vi un poco alejada de mi, sus pequeños ojos mostraban un poco de miedo y eso de verdad no me gustaba porque sabía que yo era el que lo estaba causando.

Cerré mis ojos instintivamente para tratar de calmarme y a los pocos segundos después empecé a escuchar también mi respiración, estaba irregular, y mis músculos estaban completamente tensos, lo más seguro era que mis venas se estaban mostrando más de lo normal y yo tenía una cara de querer matar a alguien.

Qué bueno que no había nadie más cerca.

-amor- escuche a Jill mucho más cerca de lo que antes la había escuchado y abrí mis ojos, su voz sonaba tranquila y eso me calmaba un poco.

Jill estaba de rodillas al frente de mí y me estaba mirando directamente a los ojos, sus ojos color miel me calmaban y poco a poco deje que mis manos se fueran soltando, al igual que sentí como sus caricias sobre mis manos fueron subiendo lentamente hasta llegar a mi cuello.

18 // zjm (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora