Thirty-three.

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«z»

Mis manos estaban sosteniendo el volante de una forma extremadamente fuerte, los nudillos ya se estaban colocando blancos y las palmas un poco sudorosas, era asqueroso, pero era solo porque estaba nervioso. Muy nervioso la verdad.

Estaba esperando a que ella saliera de su casa, todo el día había estado hablando con los chicos, con mis hermanas y ahora recientemente con Elizabeth, o como me dijo que la llamara, Beth, para que me dieran consejos y también me calmaran un poco.

Ella, Beth, había caído como del cielo, me había dado mejores consejos que los chicos jamás hubieran podido darme, y no era porque ellos así siempre me molestaban o no se lo tomaban en serio, si no porque ella era su mejor amiga y la conocía miles de veces mejor de lo que yo lo hacía ahora.

Minutos después de que ella me dijera que ya bajaba simplemente salí de la camioneta y me recosté en la puerta del copiloto, mis manos estaban dentro de los bolsillos de mis jeans y mis nervios estaban en su punto más alto, estaba a punto de sacar mi paquete de cigarrillos cuando la vi.

Y mierda, se veía más hermosa de lo que ya era.

Por instinto deje de recostarme en la puerta y arregle mi cabello por tercera vez en menos de 10 minutos. Sonreí al verla más cerca y ver cómo las rejas de su casa se abrían mientras que ella era alumbrada por las luces que habían ahí.

Me dejo completamente sin palabras, sus piernas, su cuerpo, sus... Agh, se veía tan espectacular que lo único que quería hacer era tomarla entre mis brazos y no dejarla jamás.

Pero por último, cuando con su mano apartó su cabello y me dio una pequeña sonrisa, ahí fue cuando caí completamente rendido a sus pies, de verdad, se veía hermosa.

Me di cuenta de que estaba caminando hacia a ella cuando  ya estaba a su lado y estaba tomando su mano, ella me dio otra pequeña sonrisa y yo se la devolví.

-buenas noches hermosa... Hoy te ves más hermosa que nunca- susurré suavemente en su oído para después darle un largo y tierno beso en su mejilla, muy cerca de sus labios. Hoy ella estaba más que irresistible.

Ella simplemente soltó una risa nerviosa y me miró directamente a los ojos, hoy estaba solo un centímetro más baja que yo:
-gracias Zaynie- susurra con esa sonrisa que me estaba matando, y con esos labios que me estaban llamando... Mierda- tú también te ves muy bien hoy, hermoso -dice divertida por lo último.

Yo simplemente solté una risa y la toma de la mano, empezando a caminar hacia la camioneta con ella:
-gracias hermosa, me tenias tan nervioso que me hiciste cambiar de atuendo más de cuatro veces- me sonroje después de decir eso.

-creo que con cualquier cosa que te hubieras puesto te hubieras visto bien- dijo ella con una sonrisa mientras yo abría su puerta y la hacía entrar a la camioneta.

-gracias hermosa, de nuevo- dije sonriendo y acariciando su cabello- digo lo mismo contigo.

Los dos nos miramos directamente a los ojos por unos cuantos segundos y poco a poco nos empezamos a acercar, porque ella era irresistible para mí y no solo porque hoy se veía fenomenal. Sino porque ella de verdad me gustaba y no me cansaba de decirlo.

Mis manos se deslizaron por su cuello y las de ella tomaron suavemente el cuello de mi chaqueta mientras los dos cerrábamos los ojos, los dos estábamos a centímetros de poder besarnos por fin cuando el sonido de una notificación en mi celular que estaba conectado al aux cord y por lo tanto a las cornetas del auto nos hizo saltar.

Ella simplemente soltó un gruñido mientras que yo de verdad salte y termine pegándome en la cabeza con el techo del auto. Ella me miró sorprendida y después soltó una carcajada, yo al principio la mire mal para luego soltar una carcajada.

18 // zjm (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora