Fifty-eight.

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«z»

Estaba feliz.

No podía borrar la estúpida sonrisa que tenía estampada en mi cara desde que había salido de mi casa junto con Jill, y la verdad es que no quería quitarla porque me encontraba demasiado feliz y de alguna forma lo tenía que expresar, a parte de escuchar el tipo de música que casi nunca escuchaba, que no era r&b.

El camino hacia la reunión no fue tan largo y tedioso como me lo había imaginado, porque era domingo y esperaba un tráfico un tanto pesado en la cuidad, pero raramente no había sido así entonces llegue al lugar de la reunión más rápido de lo que esperaba. Mi GPS me indicó cuando había llegado a la dirección que el señor Tanner me había mandado, y vi una casa rodeada completamente por los paparazzis, así que aparque unas dos cuadras lejos de ahí para que no me vieran.

No entendía pero supuestamente me tenía que montar en una van y llegar directamente a la casa en esa van, no en mi auto como lo tenía planeado.

Al parecer era para distraer a los paparazzis, o para que no siguieran mi auto después de que saliera de la reunión. Sally, mi manager me dijo que no le prestara atención a los detalles y que simplemente siguiera el plan, así que lo hice y no pregunte más de lo necesario.

El señor Tanner era el publicista que la agencia Next Model Management me había colocado recientemente, no era que hablara mucho con él ni tampoco que me gustaran mucho los métodos que trataba de utilizar para hacerme publicidad, pero no tenía de otra que aguantármelo.

De alguna forma el me calificaba como un rebelde e inexperto de la publicidad que siempre se zafaba de el tipo de publicidad en la que él me quería meter, él pensaba como todos los publicistas que había tenido recientemente, que al final siempre terminaban siendo reemplazados por otro o yéndose porque simplemente no me soportaban. Y en lo personal también pensaba que eran una mierda de publicistas, así que mejor para mí.

Mi manager me apoyaba un poco cuando hablábamos en persona y yo le explicaba a ella lo que no me gustaba de sus planes o campañas, pero aún así cuando él estaba presente siempre desaprobaba mi comportamiento y estaba de su parte, y eso me molestaba.

De todas formas era mi manager la que buscaba las campañas en las que podía estar, y siempre hablábamos de que si quería o no participar. En cambio Tanner siempre salía de la nada con una cosa nueva y sin consultarme primero, que al final casi siempre no me gustaba y yo terminaba haciendo el trabajo sin ganas.

Apague la música que tenía y salí de mi camioneta en cuanto visualice a mi guardaespaldas y la van en donde me tenía que meter, cruce la calle cautelosamente sin que nadie me viera y entré. La van estaba en silencio y salude a las pocas personas que estaban ahí, el conductor, mi guardaespaldas y otra persona la cual no sabía bien cuál era su trabajo ahí, jamás lo había visto.

-¿cómo estás, Zayn?- me preguntó Frank con una pequeña sonrisa mientras el auto comenzaba a andar de nuevo, él era uno de mis guardaespaldas que me acompañaba cuando estaba fuera del país, y lo consideraba como una amigo, sin embargo no tan cercano.

-muy bien hermano ¿y tú?- pregunté con una pequeña sonrisa para después morder mi labio inferior, tenía que dejar de sonreír tanto.

-bien- el asintió y soltó un suspiro pesado. Después de unos cuantos segundos de silencio en los cuales el parecía querer decir algo, por fin habló- ¿Zayn?

-¿uh?- pregunté desviando mi mirada de los miles de paparazzis que se encontraban bloqueando la casa, no lo entendía porque se supone que era una reunión y que era secreta, pero tal vez se enteraron o era una de esas estúpidas estrategias de Tanner.

18 // zjm (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora