Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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—¡Me habló! —Emma toma la mano de su amiga, están lejos de la escuela, han terminado todo. Ella sigue con la playera. Inez se queda viéndola, sabe que su amiga no tiene oportunidad con Eddie.
—No debes emocionarte, es decir, no quiero arruinar tus planes, ¿Pero sabes que eres invisible para Eddie? —Aquella risa que estaba en el rostro de la chica, se esfuma por completo, cortar sus alas es muy fácil, siempre pasa lo mismo—Debiste saberlo desde el día en que rompió la carta— Emma se queda con sus ojos abiertos— Cariño, te dije, si quieres que los hombres se fijen en ti, debes cambiar tu imagen, o si no, todos los chicos, se transformarán en Eddie.
—No veo qué está mal conmigo, Inez. Soy así y ya — ella se encoge de hombros. Emma es extraña, de eso no hay dudas, pero es una chica linda, aunque claro, su fijación por Eddie, le hace actuar como una completa retraída, y todos piensan que debe tener algún problema, cuando la verdad es que sólo le cuesta hasta poder sociabilizar porque piensa que cualquier movimiento podría delatar su profundo amor.
—Quizá deberías cambiar tu estrategia de conquista, debes mirarme y ya, tienes una clase—Inez se encoge de hombros y mira a su amiga. Emma quiere a Inez, es la única chica amable, aunque, así como es amable con ella, también parece ser un desagrado con otras chicas, como Betty Flannagan,. Emma cree que no hay nada malo con Betty, pero ella era la ex novia de James, y James al parecer la engañó e Inez cubrió todo aquello.
—No sé si eso funciona con Eddie— Inez tiende a reírse— Ya ves, creo que Eddie no es como el resto— Inez se enternece con su amiga.
—¿Por qué eres tan tierna? — se ríe—Amo que veas todo de esa manera tan inocente, pero Eddie sí es como el resto—se ríe aún más—Basta con que se paseen frente a él un buen par de tetas y un culo, para que caiga como un tonto— Inez le baja las ilusiones a su amiga, Emma no puede evitar sentirse mal al imaginarlo, es más, odiaría ver a Eddie con otra chica, aunque jamás lo odiaría a él y menos a la chica en cuestión, pero le resulta cruel no poder tener su amor.
—Vamos Inez, no lo creo— Emma mira hacia el piso, lleva puesta la playera del chico, su día era mucho mejor que el promedio.
—Bueno, allá tú, no me digas que no te lo advertí. Lo bueno es que , tres meses más y dejarás de verlo, es mejor así, es un amor imposible, así dejas de sufrir— la chica abraza a su amiga, Emma desearía que Inez fuera algo más optimista, aunque sin mentirle, claramente.
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Emma camina con una sonrisa, jamás un día había sido mejor, no sólo por el simple hecho de ver a Eddie, sino porque:
1)Eddie habló con ella y le preguntó cómo estaba.
2)Eddie le prestó una playera.
3)Eddie escribió con plumón sobre su pecho.
4)Tiene una razón para volver a hablarle.
La chica llega a su casa, al otro día tiene examen de química, pues ella tiene buenas notas en general, estudia doble, para ella, y para Inez, pero sabe es como una especie de mutualismo, pues su amiga se beneficia de sus notas, y ella, no muere por ser una marginada.
