Emma vuelve a su casa, su madre la espera, es como si hubiera hecho el peor crimen del mundo. Ophelia la espera en la sala de estar, ella cierra la puerta y quisiera que todo se vuelva silencio, Eddie le ha dicho que sería mejor si él la acompaña, pero ella ha vuelto a decirle que no, que es algo que debe hacer sola.
—Pensé que llegarías para el almuerzo—dice la mujer.
—Estaba con Eddie—responde la chica, jugando con sus manos.
—Eddie, Eddie, Eddie, todo el tiempo es lo mismo, siempre es Eddie.
—Jamás creí que mi mayor vergüenza sería que mi hija me abandone por un hombre—Dice Ophelia.
—Mamá no digas eso—Emma habla con la voz entrecortada, quiere llorar porque ya no lo puede aguantar más—Es Eddie, es mi novio, es normal que salga con él, somos novios hace dos años.
—Te cambió, ya no eres mi dulce Emma, ya no eres mi niña—la mujer lo dice como si fuera lo peor que ha experimentado en su vida.
—Mamá...— la voz de la chica se agudiza.
—Emma— responde de manera cortante.
—Hay algo que necesito decirte— la chica cree que podría desmayarse en ese preciso momento, es por lejos la peor sensación que ha vivido. Ella se sienta en el sofá, pone sus manos como si fuera a decir un par de plegarias, Ophelia se para frente a ella, sus ojos están cerrados, puede oler el miedo de su hija, una chica de 21 años que está embarazada sin saber qué pasará con ella—Estoy embarazada— lo dice como si hubiera cometido el peor crimen de la vida. Ophelia sólo abre sus ojos y sin dudarlo estrella su palma en la mejilla de Emma. Ella la ve, tiene sus dos ojos abiertos como platos, lleva sus manos a la zona del golpe, le arde, le duele, sus ojos se vuelven llorosos y no puede describir el rostro que su madre tiene en ese momento.
—No puedo creer que mi hija se haya convertido en una prostituta— la mujer se pone de rodillas frente a una imagen de Jesús, junta sus manos como si fuera a rezarle a Dios, efectivamente lo hace, dice una oración en un par de segundos, como si aquello fuera un concurso y ella la mejor participante—Me das asco.
—Mamá, perdóname por favor— la chica la mira a los ojos— Nunca fue mi intención.
—Él tomó tu cuerpo e invocaron al demonio, ese bebé es producto del acto sexual guiado por el diablo. Eddie es el demonio, es cosa de verlo con su cabello largo, sus tatuajes y sus playeras con bandas que adoran a Satanás, ese chico te hizo obrar mal, te llevó por el mal camino.
— ¡Mamá cállate!— dice la chica entre llanos— No quiero escucharte más.
—Te has amarrado eternamente al diablo, con un hijo. Que Dios te ampare. Siento tanto miedo por ti—Ophelia toca la cabeza de su hija—No te alcanzará la vida para poder limpiarte del gran pecado. Llevas un hijo del diablo en tu vientre. Es una tragedia que ese niño venga al mundo.
—Mamá...no digas eso por favor—dice la chica entre llantos—Vamos a tenerlo, es nuestro bebé— se para, intenta tomar la mano de su madre— La familia de Eddie lo sabe, están todos felices— Ophelia se suelta de aquel tacto.
—Ellos son todos iguales. Aléjate de mí, no puedo creer que lo he hecho tan mal como madre. No puedo comprender cómo es que te has embarazado, es lo peor que me has hecho. Eres imperdonable, Emma Sheridan. Saliste como tu padre, una pecadora, una chica que ama server al demonio. Ese bebé no tendrá una abuela, yo no pienso ser parte de la vida tuya y de ese bebé que sólo ha llegado a manchar tu camino.
{...}
—Emm, oye...estoy contigo—Eddie toca su pierna mientras conduce, la chica no ha parado de llorar desde la tarde, cuando le contó a su madre acerca de lo del bebé. Ahora han tomado la decisión de volver a Scranton, a días de haber llegado a casa—Sé que será una cosa momentánea.
—Mamá es de una sola línea— toma un poco de aire para seguir hablando—Jamás he sentido tanta angustia en mi vida.
—Oye, no somos los únicos que han pasado por esto. Hay miles de chicos que son padres muy jóvenes, quizá no era el momento, pero tenemos el apoyo de papá y de mamá, y además tu padre es quien debe saber ahora.
—Tengo miedo...
—Si tu padre no te apoya, entonces sería un inconsecuente...
—El no escogió ser gay, no es algo que pueda reprocharle, yo accedí abiertamente a tener sexo contigo— la chica se tienta a la risa, pero no alcanza para la risa—No creo que haya un punto de comparación.
—No me refería a lo de ser gay, creo que olvidas que te dejó gran parte de tu infancia y toda tu adolescencia. Fuiste amable y buena con él, creo que sólo le queda apoyarte, o sino, vamos, tenemos a mi familia. Emma, ahora tu mamá lo ve así, pero una vez nazca, ella cederá ante el bebé. ¿Qué clase de monstruo no se derretiría ante un bebé? a mí no me gustan, pero si es mi hijo, creo que no tengo alternativa— él sólo quiere hacerla reír—Deberíamos ir de visita donde tu padre, estamos un par de días, nos queda más de una semana de receso, tienes tiempo para ir, charlar con él, ya sabes que no puedes dejar que tu madre arruine esto. No es el mejor escenario, pero depende de nosotros hacer que esto no te afecte. Eddie toca la barriga de Emma—Me da miedo que sufras tanto, me da miedo que esto afecte al bebé. Creo que desde supiste que estabas embarazada, has pasado por demasiada angustia, y me siento horrible por haber sido parte del problema. Es lo peor que he hecho en mi vida, me arrepiento todas las noches, no tienes idea de cómo me arrepiento de haberte entregado mi peor lado cuando más me necesitaste— Eddie besa la mano de la chica, el corazón de Emma parece descansar en ese beso cálido que por poco le hace olvidar el triste panorama.
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sorry, I'm late sweetheart
FanfictionEmma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...