Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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Emma se ha sentado al final, detrás de ella, está Eddie, Inez está al lado de la chica, y no entiende qué hace Eddie detrás de su amiga, intenta analizar aquella jugada, pero no lo comprende bajo ningún punto de vista. Eddie puede responder bien sólo algunas alternativas, la maestra Carter se pasea por los primeros puestos, no tiene real noción de lo que Munson y Sheridan traman.
Ella le anota las alternativas en un diminuto papel, se voltea discretamente y en un roce de manos, demasiado intenso, ella logra traspasarle el papel a Eddie, él lo empuña como si fuera lo más valioso del mundo, entonces Inez ve que hay algo más que extraño entre su amiga y Eddie. Al propio, levanta su mano, captando la atención de su amiga.
—Maestra Carter—levanta la mano—No entiendo la pregunta número cinco ¿Puede venir un momento? —Emma mira a su amiga, Eddie esconde el papel entre su trasero y la silla, finge concentración, cuando sólo espera que la maestra pase de él. Inez le hace una pregunta tonta, y Emma se queda con la duda, acerca de la pregunta de su amiga hacia su maestra. Una vez la maestra se aleja, Eddie saca el papel y traspasa las alternativas. Inez no ve todo claramente, Emma de igual forma, le regala algunas respuestas, aunque Inez no puede verlas todas, cosa que le molesta y le frustra.
La campana suena, todos dejan los exámenes en el mesón de la maestra y van saliendo uno por uno. Emma es de las primeras en salir, siempre Inez espera un tiempo prudente, y Eddie, siempre sale de los últimos. La chica espera a su amiga en una banca, se ha quedado pensando en Inez y por qué hizo lo que hizo, aunque no quiere tener problemas con ella, sabe que ha sido extraño. Inez sale un par de minutos más tarde, camina donde Emma, no la saluda como suele hacerlo.
—¿Qué sucede, Inez? — pregunta.
—Pues, veo que te va bien ayudando a Eddie.
—¿Qué? —no lo comprende.
—Entiendo que estés como una tarada por Eddie, pero...prefieres ayudarlo a él. Yo soy tu amiga—se apunta al propio pecho— Le diste las respuestas, nunca lo has hecho por mí.
Emma abre sus ojos, se ha sentido mal.
—Vamos, Inez...Eddie en serio necesitaba la ayuda, además, volteé la hoja, pudiste ver las respuestas sin problema, no puedes quejarte—Emma da su punto de vista respecto a la situación.
—No las vi todas, a él le escribiste un papel. Por mi nunca lo hiciste. Comprendo que estés enamorada de él, y que quedes como una tonta, pero vamos, yo siempre seré tu amiga, mientras que a Eddie no le importas— se lo dice muy de cerca, y de manera más lenta. Emma se queda quieta escuchándola, se siente algo mal, no quisiera perder a Inez, es su única amiga, es el motivo por el cual no recibe bullying como tal.
—Sólo creí que...
—No creas nada, Eddie jamás se fijaría en ti sólo porque le has dado las respuestas, sino todo lo contrario, sólo te habló por ese motivo, no porque le importes—Inez es cruel y lo sabe, Emma está confundida, a veces actúa como si no fuera realmente su ''amiga del alma''. Emma se queda quieta, no sabe qué decir, no quiere seguir caminando con ella hasta la cafetería, entonces se queda parada, la chica se voltea a verla.