Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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—Saldré con Eddie, iré a su casa— Emma coge su cartera, su madre está frente a ella, la mira de manera detenida.
—¿Y qué es eso tan importante que tienes que hacer allá?— la mujer pregunta de manera despectiva—Allá todos son como Eddie, y lo sabes.
—Bueno, así como Edie viene a esta casa, también yo puedo hacerlo, ir a la suya— la chica juega con sus manos, sabe que él espera por ella afuera.
—Sé que en algo andan ustedes dos. Yo no soy tonta— dice la mujer muy cerca de su hija—Vete con él, hazlo— Emma mira a su madre con el corazón apretado, no puede comprender cómo es que a pesar de que han pasado dos años, siente terror al tener que confesarle algo a su madre, siente que es una película de terror. Se voltea y sale por la puerta pegando un portazo, no demasiado fuerte, no quiere que su madre se escandalice aún más.
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Kate lee un libro en la sala de estar, ve que la puerta se abre lentamente y ve el cabello largo de su hijo, para después ver cómo su mano sujeta la de Emma, sonríe, tiene la teoría de que, gracias a su noviazgo, Eddie se ha mostrado algo más cercano con la familia. Tanto ella como su esposo, se sienten responsables de esa evidente lejanía de Eddie hacia ellos.
—¡Emma! ¡Qué gusto me da verte!— la mujer camina donde ella y la abraza.
—Oh, Kate, también a mí— ella sonríe débilmente, Eddie rasca su frente, ahora él siente las ganas de vomitar, aunque no lo hace. Aquel día en que sus hermanos han ido al apartamento, prefirieron omitir el que Emma está embarazada, así sus padres son los primeros en saberlo.
— ¿Cómo va la universidad? cariño— la mujer toma sus manos, cree que Emma ha sido la gran salvación para su hijo, Eddie sólo quiere que su madre suelte a Emma para que puedan sentarse a charlar en el sofá. A los segundos entra Edwin, el padre de Eddie, quien abraza afectuosamente a la chica cuando la ve. Kate por su parte, conoce a su hijo, sabe cuando algo carcome su mente, entonces acaricia la larga melena de Eddie.
—¿Pasa algo, tesoro?—pregunta la mujer. Eddie mira a Emma, toma su mano y la acaricia, toma algo de aire, siente cómo su corazón se dispara y su estómago se retuerce, esto es peor que cuando repitió primer grado.
—Papá, mamá— aclara su voz, sostiene la mano de Emma en todo momento.
—Hijo, nos asustas ¿por qué tanto misterio?— Edwin se sienta al lado de su esposa, ambos sonríen mientras esperan las palabras de su hijo.
—Emma y yo vamos a tener un bebé— Eddie cierra sus ojos al decirlo, Emma también lo hace, esto le genera pánico, aunque no es comparado a lo que siente cuando recuerda que su madre tiene que saberlo— Está embarazada.
Kate baja levemente sus lentes y mira por sobre estos, cierra el libro que estaba leyendo, lo hace de golpe, y mira a su esposo, Edwin se queda con los ojos completamente abiertos.
