Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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Emma e Inez caminan por la escuela, Emma abraza a sus libros, no puede evitar dejar de pensar en las palabras de su amiga, Eddie está por Inez y ella siente que tiene ganas de morir. Piensa en su madre, ¿Y si ha tenido la razón todo el tiempo? ¿Si los chicos son realmente todos malos y una mierda? Sabe que Eddie no es malo, no puede lapidarlo sólo por no sentir lo mismo que ella.
<<En los años que llevamos de escuela, nunca un chico se he enamorado de mí ¿por qué Eddie Munson sería la excepción?>> —piensa ella
—Emma me alegra que podamos conversar acerca de esto— Inez toma las manos de su amiga—No sabes lo mucho que te quiero— Emma mira al piso, se siente algo intimidada cuando se trata de su amiga, simplemente acepta tal acto de cariño.
—Está todo bien, Inez— la chica sonríe, aunque no es una sonrisa genuina. Ambas caminan del brazo hasta la clase de ciencias, mientras tanto, Eddie estaciona su coche, camina hasta la escuela, lo hace con una sensación rara, entra al salón, Emma alcanza a verlo, mira a sus piernas, esquiva la mirada, él sabe que ella lo ha visto, tiene la intención de saludarla sólo si es que ella lo sigue mirando, Inez le agita la mano, Eddie sólo asiente de manera cordial, no tiene ánimos de saludarla como si le agradara completamente. Pasa hasta los asientos de atrás, y se sienta junto a James.
Seguido de Eddie, entra Betty Flannagan. Inez la queda mirando.
—Betty es una come mierda ¿Qué opinas de eso, Emma? —pregunta Inez.
—No digas eso...—Emma mira a su amiga con algo de miedo—No conozco a Betty, nunca he hablado con ella.
—Eres demasiado tierna, nunca te atreves a hablar mal de resto— se ríe su amiga—Por eso, es que la gente se burla de ti, debes armarte de un poco más de valor, ¿lo sabes?
Eddie las ve hablado desde su lugar, puede ver el rostro de Emma, siempre que ellas están juntas, es como si Inez opacara de una mala manera la personalidad de Emma.
—Inez, no necesito hablar mal de los otros— ella mueve su cabeza, quiere seguir diciéndole un par de cosas pero la maestra Anderson los interrumpe para seguir con su clase.
—Armen grupos de máximo cinco personas — dice la mujer mientras escribe algo en la pizarra—Se anotarán al final de la clase— Emma mira a su amiga, quien está en su móvil escribiendo, ella asume que será parte de su grupo, así que le resta importancia. Eddie escribe algo en su cuaderno, su móvil vibra, hay un mensaje en el grupo del chat, grupo en el cual Emma no está. Sus amigos se hacen las señales de que están dentro, él piensa en Emma, y por qué Inez es una mierda como amiga.
La campana que anuncia el término de la clase, suena.
—Al salir, van anotando uno a uno los grupos, por favor, en orden— lo dice la mujer, mientras anota algo en el libro de clase.
Emma mira a su amiga de reojo, asume que la ha integrado.
