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Eddie sale de su cuarto, ha hecho exactamente lo que le ha dicho a Emma, se siente algo avergonzado por tocarse pensando en ella, pero es algo que nadie más ha visto

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Eddie sale de su cuarto, ha hecho exactamente lo que le ha dicho a Emma, se siente algo avergonzado por tocarse pensando en ella, pero es algo que nadie más ha visto. Baja a la cocina en busca de un vaso de leche, baja las escaleras amarrando su cabello en una coleta, el sueño y el cansancio invaden de a poco su cuerpo. La luz del refrigerador ilumina su rostro de golpe, y su madre enciende las luces de la cocina.

—Otra vez saliendo en la noche— Eddie resopla algo cansado. Ha estado acostumbrado a vivir su vida sin restricciones.

—Bueno, ¿Tiene  algo de malo?— arquea una ceja.

—Podrías ser más sincero, si estás con una chica podrías decírmelo— la mujer se cruza de brazos.

—No estoy saliendo con alguien, y ahora, si me disculpas, me voy—Sus manos se congelan por el vaso con leche, quiere desaparecer de ahí, y dejar sola a su madre—Todos los chicos salimos de noche, a veces nos juntamos con nuestros amigos o nos quedamos haciendo trabajos en la escuela. No significa que esté saliendo con una chica—camina hasta la salida de la cocina— Buenas noches, mamá.

Kate se queda mirándolo, detesta su frialdad, detesta la falta de comunicación con su hijo menor, con Eddie, el niño que en algún momento fue la alegría del hogar. Cuando cierra los ojos, recuerda cuando era un bebé que dormía largas horas en su cuna, la recuerda a la perfección, era de madera, con un oso tallado en el respaldo, las paredes de su cuarto eran azules con estrellas blancas y en el techo tenía un colgante con planetas. Ahora cuando entra, sólo ve un cuarto oscuro, con posters de bandas pegados por doquier, con guitarras y uñetas esparcidas por todos los muebles.

La mujer vuelve a la cama que comparte con su esposo, se acuesta y enciende la lámpara de la mesa de noche.

— Creo que he sido una mala madre— resopla.

— ¿Por qué lo dices, cielo? creo que haces un buen trabajo. Edgard y Edmund se han ido a la universidad, son chicos de bien, y Eddie...bueno, él es algo rebelde, pero es un buen niño.

— Siento que nos odia, le entregamos la peor parte— la mujer mira  a su esposo con sus ojos llorosos.

— Si Eddie se queja, lo hace sólo por causarnos daño y hacernos sentir mal. Le hemos dado todo, no puede quejarse. Siempre que puede, va a sus conciertos de Iron Maiden y Metallica, y no sé qué otras bandas, esa música de mierda que escucha— Edwin, su padre, intenta hacer sentir mejor a Kate.

— No se trata de eso, y lo sabes. Creo que Eddie, sólo busca cariño— La mujer cierra sus ojos.

—Y lo tiene, claro que sí, pero también, sabe que, gracias a nuestro trabajo, él tiene el dinero para comprar toda esa mierda que ocupa. desde sus playeras de esas bandas, hasta sus guitarras eléctricas, que, por lo visto, no tienen nada de baratas. Tiene su propia tarjeta de crédito.

— Vamos, bien sabes que, de ser un chico amante del dinero, podría tener el mejor coche, y lo no hace, prefiere usar esa horrible furgoneta.

— Que, por cierto, la pondremos en venta— Edwin mueve sus ojos, Kate sólo mueve su cabeza y se acomoda para dormir— Supongo que no te has molestado, sólo quiero lo mejor para Eddie y lo sabes.-

sorry, I'm late sweetheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora