Emma se voltea, hay un hombre de mediana edad detrás de ella, viste elegante, es rubio y tiene ojos azules, la mira de una manera agradable.
—¿Emma?— la chica pone la mochila en su hombro.
— Mamá no está en casa, pero debe estar por llegar— la chica responde de manera amable—¿Busca?
— Emma...—los ojos del hombre brillan. Ella se siente algo nerviosa, es extraño todo lo que ha pasado hace un par de segundos.
—Sí, soy Emma—traga saliva, mira a todos lados. El hombre se acerca lentamente y le extiende la mano de manera cordial, ella lo mira algo dubitativa, no comprende bien qué es lo que pretende aquel hombre, él parece ser demasiado gentil, y ella no entiende cómo reaccionar a eso.
—Estás muy grande— le sonríe— Soy Stuart— vuelve a sonreír.
—Disculpe, pero...¿Lo conozco?— Emma arquea una ceja, él sólo quiere acercarse algo más a ella, dejó de verlo a los cuatro años, no recuerda nada de su padre, él sabe que es así. La chica espera una respuesta del hombre, pero ve cómo su madre se acerca rápidamente a ellos.
—¡Emma!—le grita, llega donde ellos, y jala del brazo a su hija— ¡Te entras de inmediato!— sus ojos se abren, está furiosa, no con Emma, sino con su exesposo. Se voltea a ver al hombre y lo apunta—Fuera de acá si no quieres que llame a la policía.
— Ophelia...— es lo único que dice el hombre, Emma lo ve a los ojos, también ve a Ophelia.
— Entra— La mujer le da la orden a su hija. La chica se marcha hacia la puerta, pero antes, le regala una mirada al hombre.
{...}
—¿Crees que soy tonta?— la chica pregunta, lo hace molesta, lo hace casi en un grito— Me ocultas cosas.
—¡Cállate!— la mujer le grita—Eres mi hija, yo sé con quién te relacionas y con quien no— la mujer da un pésimo argumento, pero en su cabeza, es el mejor.
—Dime quien es...— La chica la apunta— Dime quién es ese hombre, sabe mi nombre, y actúa como si me conociera— Ophelia llora, mueve su cabeza y coge su rosario entre sus manos.
— Discúlpala padre que estás en los cielos— La mujer cierra sus ojos, lo dice en silencio, lo dice para Dios, pero Emma puede escucharla—Sólo te pido que tengan compasión de ella.
— ¡Basta!—Emma le grita, sus ojos están rojos, sus mejillas húmedas y brillantes—¡Basta mamá!—Emma toma a su madre de los hombros, la mira a los ojos— ¿Por qué eres así conmigo? ¿Por qué me odias? ¿Por qué actúas como si fuera una pecadora?—La chica la mira a los ojos, quiere sentir el cariño de su madre, quiere sentir el amor de la mujer—Sólo te pedí una explicación acerca de Stuart —Ophelia parece sentir asco al escuchar el nombre de quien fue el amor de su vida.
— Jamás debí dejar que pase— la mujer mueve su cabeza—Todos los días rezo por ti , mi amor — la mujer toma su rostro entre sus manos— Sé que fue mi culpa traerte a este mundo, sólo espero que el día en que Dios venga, tenga compasión por ti, y nos vayamos juntas en su gracia— la mujer habla con dolor, con tristeza, Emma siente que su corazón se ha roto—Estás sucia mi amor, tienes el pecado desde mi vientre, debí saberlo, debí ahorrarme el tener una hija que tiene algo del demonio— Emma abre su boca de la impresión, del dolor, de la crueldad, lejos, de poder gritarle, lejos de poder decirle algo, mueve su cabeza, y se larga de aquel contacto con su madre. Corre hasta su cuarto y se encierra, la mujer se va hasta la mesa, le suplica a Dios por un poco más de fuerza, teme que su hija sepa que su padre ha regresado.
{...}
Emma abraza sus piernas, hunde su rostro entre sus rodillas, se ha estado mensajeando con Eddie, y ella sólo espera verlo por la ventana.
Eddie salta por un pequeño techo hasta llegar a la ventana de la chica, ella corre en su ayuda, saben que no pueden meter ruido, Eddie hace sus esfuerzos por no ser torpe y meter a la chica en un lío. Emma ha estado llorando la última media hora, Eddie lo sabe por sus ojos rojos e hinchados del llanto, cuando sus ojos se encuentran, lo puede ver, y sólo la abraza, sin preguntar algo más-
—¿Por qué has llorado?— susurra en su oído.
—Gracias por venir— Emma lo ve a los ojos.
—¿Tú mamá podría notarlo?—pregunta.
—No, no lo hará— ella niega con la cabeza, y él levanta su mentón para lograr el contacto visual.
—Hey, me gusta estar contigo—habla cerca de sus labios. Emma toma su mano, lo conduce hasta la cama, lo manipula con suavidad, Eddie se recuesta en su cama, y Emma también lo hace, a su lado, se miran frente a frente, sus ojos están rojos y llorosos— Por favor, dime qué pasó...
— Sé que dirás que soy una chica demasiado dramática, probablemente lo sea— ambos sonríen— He tenido problemas con mamá, y ella fue demasiado cruel, y no lo sé, no sé cómo sentirme. ¿Cómo son tus padres?
—Bueno, nunca hemos sido los más cercanos. Ellos sólo son lo que son, mis padres, los quiero, me quieren, pero no sé si somos una familia feliz— Eddie hace la confesión.
— Bueno, mamá — le cuesta decirlo— Mamá en pocas palabras me dijo que estaba arrepentida de tenerme, me dijo que jamás debió embarazarse de mí— lo dice con dolor— ¿Qué hay de malo conmigo?— ella pregunta en tono bajo, pero algo desesperada y Eddie no puede evitar sentirse apenado por la chica.
— No hay nada de malo contigo— La invita a que recueste su cabeza en su pecho—Es más, creo que eres demasiado buena para todos.
—No digas eso— Emma se queda mirando a Eddie— ¿Y si soy buena para ti?—Ella sigue el movimiento de sus ojos , se genera un silencio entre los dos, pero un silencio algo nervioso, un silencio con segundas intenciones, ese : ''¿Y si soy buena para ti?'' ha despertado algo dentro de ambos, no hablan, sólo sus miradas son quienes autorizan sus acciones, entonces la chica se sienta en el regazo de Eddie, queda frente a él y le da un beso en la boca, Eddie pasa sus manos por los muslos desnudos de la chica.
— Lo eres, Emma. Eres buena para mí— habla en su boca, sus manos aprietan su piel— Por favor cariño, no hagas que me caliente.
Emma no suelta sus labios.
— Sólo guarda silencio— Emma susurra en su boca— No entiendo cómo puedo pasar de estar derrumbándome, a estar encima tuyo, queriendo que me folles nuevamente— ella habla despacio, sólo para los dos.
— Quizá tú y yo nos necesitamos, quizás somos nuestro momento feliz—Eddie aprieta su trasero— No quiero matar tus ilusiones, pero tengo pánico por tu madre. Si ella sube y nos ve, soy hombre muerto y lo sabes — La chica sólo lleva puesta su playera, se frota en su erección mientras roba besos salvajes de la boca del chico.
—Lo sé, te entiendo— Eddie cierra sus ojos, las ganas de hacerla suya en ese instante, son descomunales. Sabe que, al llegar a su casa, se encerrará en su cuarto, se recostará en la cama y cerrará sus ojos, imaginando aquello que podrían hacer— Podemos no emitir ningún sonido.
— Eres mentirosa, no te engañes, preciosa. Sé que está vez será mejor para ti, prefiero que lo hagamos bien, en una cama, tranquilos, no quiero callar tu voz mientras me sientes dentro de ti — Eddie le roba un último beso en los labios— Me alegro de haber mejorado en algo tu noche.
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sorry, I'm late sweetheart
FanfictionEmma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...