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—Me va a matar— Emma mueve sus piernas de manera incesante—mamá me va a matar, tengo mucho miedo

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—Me va a matar— Emma mueve sus piernas de manera incesante—mamá me va a matar, tengo mucho miedo.

—Hey, estaremos los dos, juntos. Nada malo va a pasar.

—Sabes cómo es mamá, ella va a ponerse como loca— Emma mira a Eddie con sus ojos bien abiertos, él acaricia su rostro y besa su frente.

—Bueno, estaremos dos semanas acá. Tienes tiempo para pensarlo, sólo quiero que...

—Quiero que estemos solas. Sé que es lo mejor.

—¿Estás segura?—Eddie pregunta, no está muy convencido, pero sabe que Ophelia no es la fan número uno de su relación.

—Sí, es lo mejor— ella asiente— Si quieres hablar con ella, hazlo, pero primero, déjame hablar con ella, a solas.

—Claro, sólo no quiero que sufras y no me lo digas, si ella te dice algo malo, sólo llámame—el chico acaricia la pierna de Emma, y le da un tierno beso en los labios—Te amo.

—También yo—responde ella. Emma se baja del coche de Eddie, camina con su bolso hasta la puerta y agita su mano para despedirse de Eddie. Él sigue su camino en el coche, y ella toca el timbre. Su madre abre la puerta, se abrazan, el bolso de la chica cae en el piso, Ophelia no lo reconoce, pero la extraña más de lo que realmente dice hacerlo.

—Pasa, hija mía— la mujer le da la entrada y Emma deja su bolso en el sofá—¿cómo te ha ido?

—Bien, todo marcha muy bien— responde la chica.

—¿Y Eddie? creí que venías con él— la mujer hace un gesto algo extraño, suspira.

—Probablemente venga más tarde, también está con sus padres— Emma toma un vaso de agua.

—El almuerzo está listo, asumo que tienes hambre— la mujer camina hasta la cocina, la mesa está puesta, en el centro hay un lindo florero que Ophelia sólo ha puesto para su hija.

—Claro— Emma responde algo insegura, no soporta estar frente a su madre sin confesarle la verdad, aunque sabe que es peor si es que ella lo sabe.

—¿Y Eddie cómo va en la universidad? —pregunta la mujer, mientras sirve los platos, Emma está sentada en un extremo de la mesa, juega con sus manos algo temblorosa.

—Bien, ya sabes, Eddie es muy responsable.

—Aún me sorprende cómo es que llevan dos años— la mujer deja el plato frente a la chica—Creí que sólo aguantarían un mes juntos.

—¿Por qué dices eso?—Emma pregunta.

—¿Es necesario que te responda? Claramente Edward no es la clase de chico que parece ser responsable, es cosa de ver sus brazos llenos de tatuajes y su cabello largo, esas playeras de bandas que adoran a Satanás...

sorry, I'm late sweetheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora