Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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— No sé cómo sentirme — Emma traga saliva, le cuesta poder hacerlo, tiene un nudo en la garganta—No sé cómo mirar a mamá, sé que siempre la culpa será mía, menos de ella.
Eddie está en silencio a su lado, están en su furgoneta, él sólo sostiene su mano, no la deja.
—No entiendo por qué esto me pasa a mí, dime Eddie ¿Qué hago de malo?—ella tiene su esclerótica roja, los pequeños capilares tienen un rojo vivo, Eddie enfoca su vista en ella.
—Emma, no hay nada de malo contigo.
—Mamá me va a matar si sabe que me junté con papá— La chica mueve su cabeza— No quiero llegar a casa, y si no llego, sé que será un problema peor.
— Debes dejar de sentirte así de mal...no es tu culpa, la culpa la tienen ellos, ellos te han mentido— toma su rostro—¿Cómo tú podrías tener la culpa de esto? — la ve directo a los ojos—Eres tan linda, hermosa, eres buena, desde tu corazón, lo eres Emma, sabes escuchar a la gente, aunque sean una mierda contigo. No sabes lo bien que me siento contigo, si hay algo que detesto es jamás haberte hablado. Lamento llegar tarde, corazón.
Emma lo ve, suspira.
— El viernes me invitó a cenar a su casa, quiere que vaya contigo ¿Podrías hacerlo por mí? no te sientas comprometido, vas como mi amigo— Emma juega con sus manos, Eddie la toma desesperadamente, y le da un beso en la boca.
— Me tienes de tu lado, iré contigo— Se separan a escasos milímetros.
—Gracias por hacerme sentir bien— Emma habla, pero a su mente, llegan las palabras de Inez, las elimina de su mente, sabe que ahora, no vale la pena tener una discusión con él, ella se conforma con sus besos, con sus palabras llenas de magia, de brillos, de todo aquello que le hace volar como si estuviera en el paraíso.
— ¿Quieres venir conmigo a casa?— Eddie pregunta.
— ¿Y tu familia?— pregunta la chica.
—Salieron, tenían una cena—Eddie responde— Sé que no es lo mejor invitarte a mi casa y estar solos, quizás no confíes en mí, pero, ya sabes, mi relación con papá y mama no es de lo mejor, supongo que por eso te entiendo tanto.
— Sé que eres bueno— Emma lo mira a los ojos— Eres un buen chico. No debes por qué darme las explicaciones.
— ¿Por qué eres así conmigo?
<<Porque te amo, Eddie>>— piensa ella.
—Me ves de una manera distinta— Emma suspira de manera profunda—Inez nunca me ha visto así, ella siempre me vio como alguien inferior, siempre me ha visto como alguien a la cual puede manipular, Inez nunca me ha tomado en serio, y lo peor, es que la quiero, la quiero como mi amiga porque le he contado mis secretos más profundos. Y a la vez, me siento como una tonta, me siento patética, siempre soy la chica a la cual las cosas no le funcionan bien, he pasado años en esta escuela y todos me pasan por alto, se acercan a mí cuando tienen conveniencia de algo...nunca nadie jamás se atrevió a conocerme, y la única que lo hizo, fue Inez, pero ella ama hacer la diferencia entre ambas.
