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Eddie se lo piensa unos minutos, sabe que no es realmente buena idea ir a meterse en casa de Emma, pues su madre, es una loca de patio, según las mismas palabras de Inez, jamás lo ha dicho frente a la chica

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Eddie se lo piensa unos minutos, sabe que no es realmente buena idea ir a meterse en casa de Emma, pues su madre, es una loca de patio, según las mismas palabras de Inez, jamás lo ha dicho frente a la chica. Aunque sabe que, no puede arriesgar otro año más, y no es sólo con química, sino con las demás materias.

Ambos caminan por el patio trasero, Emma pega un salto a un techo, debe treparse en una mesa donde suele tomar el té con su madre en el verano, y después de eso, se trepa hasta su ventana, Eddie la ve haciendo aquello, y tiene la sospecha de que Emma no es tan tranquila como aparenta, ya la ha visto fumar, y encima se escapa de su casa, y para peor, invita a chicos en la noche, chicos como él, aunque su estadía en aquella habitación es sólo para estudiar.

Mientras Eddie hace sus maniobras para entrar a aquel cuarto sin hacer lo más mínimo de ruido, ella va hasta su puerta y se asegura de que su madre no esté merodeando por el pasillo. Le hace una señal a Eddie para que pase sin miedo, y él hace caso, observa por todos lados la habitación de la chica, es de color morado, tiene posters de bandas en una pared, hay uno de Metallica incluido, cosa que lo hace sonreír. Se siente muy extraño por estar con la chica más rara de la escuela, aunque él también sea el más raro de todos. Eddie se sienta en una de las dos sillas que Emma ha puesto en el escritorio, enciende un incienso, él cree que es de esas chicas locas que cree en las energías, y ella, efectivamente es ese tipo de loca.

—Del uno al diez ¿Qué tan mal estás en química? —pregunta Emma.

—Once—responde él, sin la más mísera sonrisa en su rostro, ella no se ríe, ni mucho menos, sabe que es de mal gusto reírse de la desgracia ajena, aunque Edward Munson debe ser la persona MENOS estudiosa en el mundo entero.

—Oh, bueno—la chica suspira, camina hacia un estante y coge unos libros y cuadernos. Eddie mientras tanto, se entretiene haciendo un dibujo en un post it que la chica tiene en su escritorio, hace un intento de Eddie de Iron Maiden, a los minutos se distrae con el sonido de los libros chocando de golpe contra el vidrio del escritorio.

—Bueno, deberíamos estudiar de mis resúmenes— ella habla despacio, pone su índice entre sus labios, haciendo alusión a que es mejor guardar silencio. Él lo comprende, sabe lo que es guardar silencio en el cuarto de una chica, aunque Emma no es una posible presa, es más, la ve como una persona agradable, pero sabe que no tendrían nada en común.

—Claro— el chico ve algo de las hojas, su estómago parece apretarse, sabe que está jodido y que no tiene escapatoria de ese examen aparentemente malvado.

—¿Pasa algo? — pregunta ella, no se atreve a mirar sus ojos.

—Bueno, dudo que entienda esto de aquí a mañana, no sé si es buena idea que estudie—se ríe algo nervioso de su propia miseria—Es decir, veo esas hojas y para mí está en chino— ella se ve tentada a la risa.

—Puedo explicarte sólo lo más importante.

—No lo sé, Sheridan. Conozco mis habilidades con este tipo de cosas, créeme que ya no lo logré—rasca su nuca. Ella está nerviosa, no quiere perderlo, no quiere que sea vaya, quiere seguir pasando tiempo con él, es lo mejor que le pudo haber pasado a su aburrido día.

sorry, I'm late sweetheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora