Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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Emma vuelve a la escuela a mitad de semana, si hubiera sido por ella, se tomaba la semana entera, pero sabe de que no puede faltar de manera injustificada. El martes ha ido a solucionar el desastre que dejó en su cabello, su madre la acompañó a una peluquería, tiene la sensación de que las cosas con su hija no van del todo bien.
Es miércoles, por los pasillos la observaron al llegar, Emma prefiere que sea por su nuevo corte, o por su cárdigan similar al de Kurt Cobain, pero no, la miran porque todos saben lo que pasó, Emma está obsesionada con hacer un trío con Inez Doherty y Eddie Munson.
Ha pasado directamente a la clase de gimnasia, los han separado, la maestra Abernathy se ha quedado con las chicas, mientras que Wainwright se ha ido con los chicos. Los hacen trotar en sectores diferentes, Eddie saluda a Emma a lo lejos, lleva su cabello amarrado en una coleta, y ella cree que se ve realmente hermoso de cualquier forma.
— Más concentrada, Sheridan— la mujer llama la atención de Emma, quien a su juicio le ha coqueteado a Munson. Inez ve a lo lejos a Emma, está con Joey, Josie, y Augustine, todas se ríen, piensan que Emma es extraña, una loca, y están seguras de que Eddie jamás posaría sus ojos en ella. Si bien él es un chico raro, tiene la aprobación femenina, pues dicen, de que tiene testosterona de sobra.
—Disculpe, maestra Abernathy—Emma sigue haciendo los ejercicios. Siente algunas risas, no quiere estar en la escuela, pero ¿Acaso tendría que esconderse de por vida? Ella lo cree demasiado injusto como para tener que hacerlo, no piensa esconderse, no piensa automarginarse sólo porque su ex mejor amiga de mal corazón ha querido tenerla por el suelo. Emma sigue con sus ejercicios, Eddie por su parte hace lo mismo. A veces se buscan mutuamente.
La clase termina, Inez está con su nuevo escuadrón, se siente segura con ellas, ella es el cerebro, con Emma todo era diferente, pues ella es mucho más inteligente, da buenas respuestas y puede atacar de buena manera sólo con palabras. Emma no es la clase de chica que vive a la defensiva con todos, pero es esa clase de chica que puede dejar callado a alguien siendo adorablemente educada.
Una vez todas caminan hacia sus pertenencias, Eddie va hasta donde Emma, se saludan y se quedan charlando en medio de la cancha. Inez los ve a lo lejos, se empina la botella de agua que ha dejado sobre las gradas, si pudiera, jalaría a la chica de su cabello y la ahorcaría. No tolera que Emma pueda tener una vida sin ella.
—Luces muy linda así— es lo primero que le dice—Me gusta cómo te queda el cabello así, corto.
—Oh, Gracias—Emma aprieta sus manos, podría dañar su piel con sus uñas de lo nerviosa que está.
—Podrían pasarte estas cosas más seguido, si es que tendrás cambios así de lindos—Eddie se lo piensa bien, no ha sido el comentario más afortunado— Oh, lo siento...no quise...
—No te preocupes, lo comprendo. Has sido lindo— Emma se ríe.
—Estaba preocupado por ti, me alegra que estés de vuelta. Y además...recuerda que estamos juntos en el trabajo de ciencias— Eddie juega con sus manos— Es para la otra semana, debemos hacerlo.
