Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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— ¿Y cómo van las cosas en la universidad?—pregunta Kate, la madre de Eddie.
—Bien—responden al unísono. Están en un restaurante, ninguno de los dos se siente demasiado bien. Emma siente su cabeza al borde de estallar, mientras que Eddie tiene ganas de vomitar, apenas está tocando la comida que tiene frente a él.
—¿Has visto a tus hermanos?—pregunta el hombre.
—Sí, han estado acá hace un par de días— responde—No los he vuelto a ver.
— ¿Ya conociste a la nueva chica de Edmund?—pregunta Kate, abre sus ojos, lo cual da a entender que no está del todo feliz con la noticia.
—Bueno, sí. Se ve agradable— Eddie mira el plato de comida, da una caricia en la espalda de Emma.
— ¿Qué opinas de ella, Emm?— pregunta Kate tomando la mano de la chica. Desde que Eddie la presentó como su novia oficial, su madre automáticamente la aceptó y la acogió como la chica oficial— Sé que no debería decir esto, pero me parece una barbaridad, Edmund debió buscarse una de su edad.
—No seas así, kate— el padre de Eddie mira a su esposa— Déjalo ser.
—Es sólo mi opinión como madre.
—Veo bien a mi hermano— Eddie mira a Emma, espera apoyo de parte de su novia.
— Bueno, la verdad es que, Amy se ve una buena chica. Quizá deberían darle una oportunidad— Emma da su opinión.
—Ya sabes, Emm. Para Kate, eres la única chica oficialmente aceptada— el hombre se ríe y Kate hace lo mismo—Por cierto, no traen muy buena cara, tienen algo de ojeras.
—Anoche estudiamos hasta muy tarde—miente Eddie— Ha sido una noche dura, pero ya estamos mejor.
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El almuerzo con sus padres termina y ambos vuelven al apartamento. Se recuestan, siguen enfermos por la resaca y piensan en lo de la noche anterior, no han alcanzado a hablar nada, pero ahora tienen el tiempo a solas.
—A veces mamá se pone agotadora, creo que te quiere mucho y piensa que el resto de las chicas no son lo mismo— Eddie lo dice mirando al techo— Y está bien por ti, pero me siento algo mal por mis hermanos.
— Bueno, es mejor que tu madre me quiera a que me odie—Emma responde.
—Es verdad, creo que, si un día acabas conmigo, entonces mi madre terminará loca. En serio Emma, eres la chica de mi vida— Eddie toma su mano, acaricia su rostro y ella no puede creer cómo es que las cosas han tenido una evolución de tal manera— Y me gusta que todos te quieran y crean que eres la chica para mí. Creo que no podría encontrar a una chica mejor que tú y me aterra pensar en que esto podría llegar a su fin. No me veo pasando un día de resaca que no sea contigo— el corazón de Emma arranca, y se siente como esas primeras veces en la escuela, cuando Eddie sólo decía cosas sin demasiada importancia, pero ella, las sentía como las mejores de su vida.
