—Sé que tú y Betty se acostaron— Emma lo dice como si nada. Eddie se queda frente a ella, sin saber qué otra cosa poder decirle. Sabe que es mucho peor no ser franco con ella.
—No me siento orgulloso de lo que ha pasado— Suspira y rasca su nuca. Se han alejado para poder conversarlo mejor—Betty piensa que se lo dije a todos, cuando realmente sólo quise ser directo con James. Y ahora, lo sabes tú. No me siento bien, y lo lamento mucho.
—¿Por qué lo lamentaría? —Emma evita el contacto visual. Odia imaginar a otras chicas junto a Eddie, sabe que no es sano para ella, pero también es consciente de que así es la vida, y que cualquier cosa que Eddie pudo haber hecho antes de ella, no tiene nada de malo y no tiene por qué ser castigado. Además, él no le ha prometido amor eterno, no le ha prometido ser su novio, sólo se han besado una vez y ya, aunque ella vive por la esperanza de ser mucho más que un simple beso desesperado.
—Pues, porque, ya sabes...me acosté con una chica— Eddie suspira, las cosas del corazón siempre le han complicado, nunca ha tenido una novia, siempre han sido cosas pasajeras, e incluso él, se pone límites respecto a las relaciones.
—Eso no me importa, es decir, es tu vida—Emma se encoge de hombros. En el fondo le duele.
—Pero yo no quiero que las cosas estén tensas entre tú y yo...
—No deben por qué estarlo, es sólo que me gustaría que seas franco y no comiences con jugueteos infantiles. Me has confesado estar enamorado de Betty, o al menos estar detrás de ella hace un par de años. Y me has besado, anoche, en mi cuarto. Sé que no tengo experiencias con chicos y amores en general, pero eso no me convierte en una tonta. Quiero que seas directo, y eso no significa que seamos novios, pero, si vas a juguetear, decide si es conmigo o con Betty, sólo eso te pido— la chica no lo mira a los ojos, no quiere que Eddie piense que es demasiado intensa y se termine alejando.
—Descuida Emma, te juro que no quiero que las cosas se arruinen entre tú y yo— Eddie y la chica, aprovechan de aquella soledad que disfrutan, no se atreven a un beso como tal, ninguno de los dos sabe a qué están jugando, aunque Emma sabe perfectamente acerca de lo que siente por él. Sabe que lo ama, siempre lo ha amado, desde que sabe cómo se puede amar a un hombre.
—Descuida, estamos bien. Y, de todos modos, no quiero darle en el gusto a Inez. Ella busca arruinarme con este tipo de cosas, y sé que sólo has querido hablarlo con James, probablemente él ha ido a contarle a Inez. Sé que eres bueno,Eddie— Emma acaricia su rostro, le sonríe, y él adora el roce de su piel con su mejilla. Cierra sus ojos, disfruta el momento y su corazón se acelera. Acaricia la mano de la chica, aquella que está en su mejilla.
—¿Quieres que te lleve a casa?— pregunta el chico— Así aprovechamos el camino para charlar un poco más.
—¿Tendrás problemas en casa?— pregunta ella.
—No, descuida— Eddie le sonríe.
La tarde cae, el cielo se torna negro y las estrellas se hacen presentes en una tarde primaveral. Caminan juntos hasta el coche de Eddie, que se halla estacionado una cuadra más allá, es una furgoneta, a veces suele trasladar sus instrumentos musicales, aunque ya hace un buen tiempo que no toca en una banda como tal. Inez los ve alejarse, aunque no le presta mayor atención, sabe que conseguirá nuevamente la amistad de Emma de esa manera, entonces se limita a hacer algo perjudicial para ella y sus planes.
Emma jamás ha estado en el coche de un chico, menos de uno como Eddie. Él pone música, aunque sabe que, si le hace escuchar su música a la fuerza, entonces sólo podría espantarla.
—Si quieres puedes poner otra cosa— le deja el móvil con spotify abierto. Emma se ríe, y simplemente vuelve a bloquear la pantalla.
—Metallica está bien— se ríe— Tu coche, tus reglas— Eddie la mira, lo hace una manera seductora y ella sabe que siempre está en peligro junto a él, aunque no es un peligro malo, sino un peligro incierto, pero un buen peligro.
—Está bien...— hace una pausa, analiza bien las palabras que quiere decir, sin sonar un completo acosador, aunque desconoce el hecho de que Emma sí ha fantaseado con él, y que no le resultaría en lo absoluto algo acosador. Ella necesita su cercanía y la soledad entre ambos, necesita poder besarlo, aunque sea algo secreto para los dos— ¿Debes volver de inmediato a casa?—pregunta.
—Pues, mamá apenas va a misa...
—Pero, no has llegado a casa, va a matarte— Eddie abre sus ojos.
—Descuida, le dije que estaba terminando un trabajo en casa de una amiga—se ríe, entonces él se relaja algo más— le envié un mensaje
—Vaya, eres algo más rápida que yo— Eddie se ríe también, se acerca suavemente a ella, rozando sus labios—Te besaría ahora mismo, pero Inez está más allá con los chicos, y no quiero que estés en problemas. No quiero que te hagan daño.
—Sé defenderme— Emma odia ser aquella chica débil que pueden pasar a llevar como si nada, pero ama el que Eddie se preocupe por ella—Puedo con Inez, en serio— la chica asiente, y Eddie se acerca a ella, ambos se besan de manera suave, superficial, enredan sus labios de manera corta, aunque los dos desean un beso largo.
Eddie comienza a conducir, las calles se ven algo frías con la luz de los faroles de las calles, se alejan, están en una zona segura para los dos. Eddie baja la ventana de su lado, Emma se queda en silencio, está nerviosa, junta sus piernas y mueve sus pies, a Eddie, en el fondo, le gusta la inocencia de Emma, sabe de que jamás ha estado así con chico, tan a oscuras y a solas, y propensa a besos peligrosos.
—Tranquila , no muerdo— Eddie acaricia su muslo. Ella le sonríe nerviosa— Aunque a veces, sí lo hago...— dice esto para después mirarla a los ojos y atacar directo a su cuello. Emma se ríe, siente cosquillas al experimentar el contacto entre la lengua de Eddie y la piel de su cuello.
—¿Por qué lo haces?—pregunta entre risas.
—¿Que no puedo comerte a besos?—Eddie se separa de ella y la mira a los ojos—¿Alguna vez imaginaste que el freak de Eddie Munson pueda estar loco por comerte la boca?—pregunta, lo hace a propósito, quiere que nazca de Emma el besarlo. Emma se queda petrificada, Eddie lo hace como una simple pregunta sin segundas intenciones, pero desconoce de que Emma realmente desea eso desde hace un buen tiempo atrás. Eddie jala de su mano y la acomoda para que se siente frente a él, en sus piernas. Sus manos grandes y fuertes toman su cuello, lo hace con delicadeza, y la besa.
Emma está aferrada del cuello de su playera, su corazón late como jamás lo ha hecho, es oficial, besa a quien cree es el amor de su vida, aunque Eddie lo desconoce. Pero se siente mágico, y sabe que no debe pensar mucho las cosas cuando está así junto a él.
—Si quieres parar sólo dilo— Eddie habla en medio del beso, Sus manos se han escondido debajo de la playera de Emma.
—Me gusta...—ella responde algo agitada por el beso, Sus lenguas se mezclan, ella muerde el labio inferior de Eddie, y él gime en la boca de la chica, sus besos no son inocentes, ella lo sabe, puede sentir su erección. ¿A eso se refería con divertirse estos últimos tres meses de escuela? ¿reunirse para darse besos poco inocentes? ¿con gemidos y frases sucias al oído?
Eddie sabe que lo de esa tarde sólo quedaría en eso, en besos algo más reveladores, en besos con algo más de exploración, ha recorrido su lengua y ha explorado su boca por completo, ha puesto sus manos en el trasero de Emma, y a ella no le ha importado en lo absoluto.
—Te haría una invitación a la parte de atrás— Eddie acomoda el cabello de Emma—Pero eres una buena chica que debe llegar temprano a casa.
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sorry, I'm late sweetheart
FanfictionEmma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...