Emma Sheridan, una chica particular, brillante y a la vez extraña, probablemente una romántica empedernida. De sus ojos no desaparece Eddie Munson, el típico metalero de escuela americana, con parches de bandas como Metallica y Iron Maiden en todas...
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Emma está contra una fría pared de ladrillos, están en la escuela, nadie puede verlos, y aprovechan sus momentos a solas.
—Sólo quiero que estés bien, me muero si ese tonto te hace daño —Eddie habla en su boca, y después la besa de manera demandante.
—Voy a estar bien— Emma juguetea con su chaqueta de mezclilla—Lo prometo.
—¿Lo prometes?— Eddie pregunta sin despegar sus ojos de sus labios. Ella asiente— Me gusta cuando asientes de esa manera — sonríe. Emma ve a Inez a lo lejos, pone sus manos contra el pecho de Eddie.
—Inez viene, actúa normal— Eddie se separa de ella, ambos salen de ese pasillo algo secreto, y fingen no haber estado juntos, ''charlando''. Inez nota a Eddie y Emma algo nerviosos, cree que es evidente que están cogiendo o lo que sea, entonces va donde la chica de inmediato.
— ¡Emma!— toma su brazo— Te estaba esperando—. Eddie ve aquella escena, él se queda a un lado de la chica— Pero creo que ya estás acompañada.
—La verdad sí, estábamos charlando, interrumpiste, Inez— Eddie responde de manera sarcástica, no comprende cómo es que Emma sigue siendo amable, o al menos, respetuosa con Inez, pero puede comprender a Emma, sabe que no va en ella ser confrontacional, sabe que Emma es de esas chicas que reza por la paz mundial, probablemente, y aunque él sea completamente diferente, la comprende, jamás en la vida podría menospreciar su sentir, jamás en la vida podría mirar en menos sus ideales.
— ¿Nos dejas un momento en paz?— Inez mira a Eddie algo cabreada. Eddie se hace a un lado, y mira a Emma de manera cómplice, ella sabe lo que significa. Inez se voltea a ver a Eddie, entonces después vuelve su mirada a Emma y se cruza de brazos—Creo que no es necesario que me mientas. Soy tu mejor amiga, merezco saber qué pasa con tu vida.
— Inez, no quiero discutir contigo, pero...no lo sé, las cosas entre tú y yo han estado en pausa, me has mentido, hiciste cosas malas, y ahora, no puedes pedirme transparencia.
— A veces creo que me usaste para estar cerca de él, sin mí, Eddie jamás te hubiera dicho un ''hola'' y lo sabes— Inez mira a su ''amiga'' de manera sostenida, busca hacerle sentir culpable, Emma cree que lo ha compartido todo con ella, y ahora, que su vida ha vuelto a tener emoción gracias a un chico con el cual ha soñado desde hace un buen par de años, quiere reservarse las emociones sólo para ella, sabe que Inez no es de fiar, pero también, en algún ligar de su corazón, los momentos de amistad vuelven para traicionar su mente con esos recuerdos que parecían ser dulces.
—No es asunto tuyo...
— Somos amigas, ahora sólo estás algo dolida, pero...nadie te conoce como yo ¿Acaso ya le dijiste a Eddie sobre tu obsesión con él?
— Te encargaste de divulgarlo...
— No de la manera en la que realmente lo es. Nadie sabe sobre la carta de San Valentín que Eddie rompió frente a todos, y de paso, rompió tu corazón, tampoco sabe sobre sus fotos en marcos de corazón que guardas, no sabe que estás por él desde que lo viste, y si lo supiera, créeme que le darías miedo. No soy tonta, sé que han estado comiendo la boca en ese pasillo— Inez se ríe.
