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—  Soy Emma, no te olvides de eso— La chica lo dice con sus ojos cerrados

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—  Soy Emma, no te olvides de eso— La chica lo dice con sus ojos cerrados. Ella escucha esa risita de Eddie que la vuelve loca. Él muerde su labio inferior.

—¿Estamos solos?—pregunta el chico.

—Bueno, es probable que ronden los espíritus de mis abuelos que murieron hace cinco años— Emma responde nerviosa, siempre llegan ideas tontas a su mente en momentos así. Provoca las risas de Eddie.

—Ve a cerrar la puerta—susurra en su oído—No quiero que te metas en problemas por mi culpa.

—Eddie...— Emma está nerviosa, no comprende en qué momento ella ha comenzado a tener suerte con él. Quiere alejarlo, decirle que es una idea loca, que quizá no se lo está pensando bien, no quiere que se arrepienta y termine por alejarse de su lado, pero el deseo de besarlo es mucho más fuerte. Emma sólo camina hasta la puerta, la cierra con seguro, puede sentir cómo su cuerpo se ha reactivado a todos los estímulos, de pronto, pude ver cómo por sus costados aparecen dos brazos tatuados, con murciélagos, y escucha su risita cerca de su nuca. Eddie está detrás de ella, deja un beso en su cuello, Emma cierra sus ojos y suspira.

—¿Por qué te gusta jugar conmigo? — la chica pregunta con resignación.

—No, no estoy jugando contigo, no por ahora — Eddie acaricia su muslo— Hablo de jugar en el buen sentido de la palabra— se ríe— Jugaría contigo, más no con tu corazón. La conversación que tuvimos esta tarde, al salir de la escuela, me dejó pensando algunas cosas—Eddie habla en su oído, Emma cierra sus ojos, se vuelve loca cuando escucha su voz.

—Estás por Betty, esto no tiene sentido—Emma quiere que sea real, pero tiene miedo, no quiere que sólo sea un arrebato de Eddie. Y él, por su parte, está muy seguro de lo que quiere.

—No quiero estar con ella, no voy a ser su novio— Eddie contesta incluso más cerca de Emma—No quiero nada con Betty, ¿Cómo podría atarme a otra chica cuando puedo estar así contigo? —la chica parece congelarse ahí mismo—Dime algo, preciosa. ¿Por qué no hablas? —pregunta cerca de su oído nuevamente.

—Tengo miedo. Nunca he estado así antes— Eddie se ríe de manera inocente— No comprendo cómo es que has pasado de ignorarme, a esto, a tenerme acorralada contra la pared y susurrar cosas en mi cuello.

—Lamentablemente tuve que besar a Betty, para darme cuenta de que tus labios se me hacen más que tentadores. Me arrepiento mucho por todo lo que hice. Y sólo espero no haberte causado daño—Eddie sigue detrás de ella, voltea a Emma con la fuerza suficiente, toma con fuerzas sus caderas y a apega a él—Hablas muy poco, Emma. Dime más.

Emma jamás podría confesarle que lo ama, simplemente quiere dejarse llevar por él.

—Si mamá te ve, va a matarte—Emma lo tiene frente a frente, siente su respiración en su boca.

—Pero no está. Por favor Emma, dime algo más alentador que esto, dime que me quieres comer la boca, porque yo me muero por besarte— Eddie le sonríe, ella ve los hoyuelos que se forman con su sonrisa, sus ojos brillan, siente que su corazón podría salir desde su interior hacia afuera.

Emma lo toma del cuello y Eddie se encarga de terminar con la distancia que los separa, ella entreabre su boca y deja que su lengua se enrede con la de él, Eddie la besa con fuerza, no es un beso suave, no es un beso de niños, es un beso acumulado, es un beso deseado por ambos, él la acorrala contra la pared, Emma se abraza a su cuello y él con sus manos toma sus piernas con fuerza, y con un impulso la sube hasta sus caderas, ella entrelaza sus piernas para quedar sujeta a él,  sus manos sostienen con firmeza la piel de sus muslos desnudos. La sienta sobre su tocador él permanece entre sus piernas, y se quedan mirando por un instante.

—Te quiero Eddie— Emma habla en un suspiro.

—¿No tendremos problemas por este beso? —pregunta en sus labios. Emma lo mira con nerviosismo, ella jamás ha estado así con alguien— Puedes confiar en mí, jamás haré algo que te haga sentir incómoda. Sólo dime si he hecho mal con este beso. Si quieres que no vuelva a pasar, entonces te respeto—Emma lo toma de sus hombros, y nuevamente lo besa, abraza su cuello, 

—Puedes besarme las veces que quieras— Emma se separa de él a escasos centímetros. Él le sonríe.

—Desde hace un par de días que me he quedado viendo tus labios, lo siento mucho, sé que somos amigos—acaricia la piel de su pierna derecha con una mano—¿Somos amigos o no?—La pregunta la hace en su boca.

—Lo somos, Eddie— Emma responde completamente hipnotizada por él. 

— ¿Y si te beso más de un día? ¿y qué si otro día quiero más?—pregunta nuevamente—No sé qué diablos me ha pasado. Ahora me arrepiento mucho de haber dejado pasar tanto tiempo. No eres como el resto de las chicas.

—Inventa algo mejor—Emma tiene buena memoria—Le has dicho lo mismo a Betty—ella pone sus manos en el pecho de Eddie para marcar la distancia. Él la mira unos segundos, asiente, sabe que ha sido descubierto, pero no es que quiera llenar a Emma de palabras lindas, realmente lo cree, cree que Emma Sheridan es diferente a las demás.

—Me da mucho miedo hablar de más y arruinarlo todo. Y lo lamento mucho, no quiero que pienses que simplemente busco esto y más — Emma puede sentir las manos calientes de Eddie sobre su piel— Eres diferente de una manera que ni yo puedo comprender. Me gusta que nadie sospeche acerca de lo nuestro, me gusta que desees mis besos, me gusta que seas diferente cuando te tengo así.

— Te quiero mucho— Emma lo dice—Deseaba besarte, tengo que admitir que me puse así, porque estaba muy celosa de Betty. Desde hace un buen tiempo, deseo que me beses, así como lo hiciste hoy. Me estoy volviendo loca en este preciso instante— Eddie sigue acariciando sus piernas. Hunde su rostro en el cuello de Emma, deja un camino de besos húmedos en su piel, muerde el lóbulo de su oreja y ella simplemente lo acoge en su cuerpo, soñó por años con eso.

—Quiero que disfrutemos estas últimas semanas— Eddie muerde el labio inferior de Emma—¿Quieres seguir divirtiéndote conmigo? Puede ser nuestro secreto, o podemos escaparnos de dla escuela de vez en cuando— Eddie vuelve a atacar a sus labios.  Emma siente cómo su madre abre la puerta de la casa, entonces se separan de golpe, él se esconde en el armario de la chica, mientras Ophelia, sube las escaleras.

— Emma, ya estoy en casa— dice su madre, en el camino. Emma ordena un par de cosas que se han caído en su tocador, acomoda su playera y se mete entre las sábanas. Ha sido por lejos, la noche más loca de toda su vida.

 Ha sido por lejos, la noche más loca de toda su vida

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sorry, I'm late sweetheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora