«Solo somos dos almas rotas destinadas a encontrarse».
Abril solo tiene clara una cosa en su vida: no quiere saber nada de chicos.
Pero el destino le tiene preparada una sorpresa cuando decide hacer un viaje a Londres junto a su inseparable amiga...
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La echaba de menos cada día. Me engañaba a mí mismo diciendo que era lo mejor para los dos; que aquello serviría para seguir con nuestras vidas pero me equivocaba y no había día en el que no me arrepintiera de lo que había hecho pero ya era demasiado tarde. No podía de repente desbloquearla y hablarle como si no hubiese pasado nada, me mandaría a la mierda y me lo merecería.
Lo único bueno de esa situación era que había logrado escribir un par de canciones más que al grupo le encantaron. Keyla me había ayudado mucho en la composición y entre los dos logramos dos canciones que tenían muy buena pinta. Todos sabían que lo estaba bastante mal pero ninguno de ellos se atrevía a decirme nada, ni tan siquiera Rick había soltado ningún comentario de los suyos, supongo que él tampoco lo estaba pasando demasiado bien al separarse de Miriam aunque ellos dos sí que seguían en contacto, ya que Rick no era tan cobarde como yo.
Una tarde, al finalizar un ensayo, Mara se me acercó porque quería hablar conmigo, parecía algo triste, así que acepté. Desde que discutimos aquel día frente al bar, no habíamos vuelto a hablar demasiado, manteníamos una relación cordial y nada más. Aquella tarde, cuando se acercó para hablar me di cuenta de que echaba de menos hablar con ella y reírnos de cualquier tontería.
—¿Puedo acompañarte a casa? Prometo que no intentaré nada raro.
Reí y afirmé con la cabeza. Ella vivía cerca del piso que compartíamos Lío y yo, así que era una tontería no hacer el camino juntos aunque llevábamos unas semanas yendo por caminos separados.
—Pues yo... quería pedirte perdón, he tenido una actitud de mierda estos días y...
Suspiró y vi que realmente estaba arrepentida por como se había portado aunque yo también tenía parte de culpa.
—Yo también lo siento, ya te pedí perdón en su momento pero... no tenía derecho a gritarte de esa manera.
—No pasa nada Andrew, estabas enfadado y... es normal. Lo que no era normal era mi actitud, estaba muerta de celos. Me jodía tanto verte al lado de Abril que... mierda, deseaba que me miraras de la misma forma que la mirabas a ella, ¿sabes?
—Mara, yo...
—Déjame hablar —pidió levantando una mano—. Al principio me costaba aceptarlo pero al final lo he hecho, he aceptado que estás enamorado de ella y que entre tú y yo nunca pasará nada, así que prefiero tener tu amistad antes que perderte.
—Pero a ver que yo no estoy enamorado de Abril, sí que me gusta pero en serio, no... no creo que tenga ese tipo de sentimientos hacia ella.
Mara de repente se echó a reír tan fuerte que pensaba que se iba a ahogar en medio de la calle.
—Tú eres muy obtuso, ¿eh? Joder Andrew si solo hace falta leer las canciones que escribes para darte cuenta de lo mucho que la quieres.
Mara tenía razón. Quizá toda esa intensidad que sentía cuando Abril estaba a mi lado era porque estaba totalmente enamorado de ella y no podía entender cómo había pasado si desde que lo dejé con la Innombrable no había querido saber nada de chicas. Quizás era lo que le dije a mi madre: solo tenía que encontrar a la correcta y resulta que la chica correcta me odiaba.
