23. Abril (Parte 2)

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No sabía qué hacer, ¿lo mataba o me lo comía? Me crucé de brazos y lo miré con mi mejor cara de cabreada algo que a él le hizo demasiada gracia

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No sabía qué hacer, ¿lo mataba o me lo comía? Me crucé de brazos y lo miré con mi mejor cara de cabreada algo que a él le hizo demasiada gracia.

—Venga, merezco pasar a tu habitación por lo menos.

—Te mereces que te insulte y te eche de aquí.

Sin embargo lo dejé pasar para que dejara las cosas en el escritorio. La pizza olía demasiado bien y mi estómago empezó a gruñir con fuerza, pero quería hacerme la difícil, así que me quedé a una distancia prudencial aún con los brazos cruzados. Él se acercó e hizo un ademán de abrazarme pero me separé de inmediato.

—¿Tú crees que es normal no responder a los mensajes? Eres idiota y un capullo y un... ¡argh! Esto no se hace.

—Vale, lo siento —susurró poniéndome ojitos—. Pero quería darte una sorpresa.

Aprovechó que había bajado la guardia para rodearme por los hombros y estrecharme contra él, pasé mis brazos por su cintura y le di un suave beso en el cuello; sonreí al ver como su piel se erizaba con el contacto de mis labios.

—Para darme una sorpresa no hacía falta ignorarme.

—La próxima vez te contestaré, no te enfades sweetie.

Empezó a darme besos por toda la cara haciendo que me derritiera entre sus brazos.

—¿Te duele mucho la barriguita?

Asentí con la cabeza; entonces sostuvo mi rostro entre sus manos y unió sus labios con los míos dándome pequeños besitos que me hicieron reír como una tonta. Cuando se separó de mí para sacar cosas de la bolsa que había traído, me tumbé en la cama para intentar calmar el dolor que sentía.

Drew trasteó por la pequeña cocina abriendo armarios y cajones hasta que al final cogió una tetera que yo no sabía que tenía y la puso en el fuego.

—Con esta manzanilla te sentirás mejor —comentó sentándose a mi lado y acariciándome con suavidad el estómago—. Es de mi madre, en su jardín tiene flores de manzanilla y ella se ocupa de secarlas y prepararlas.

—¿Tu madre vive en Londres también?

Negó con la cabeza y sonrió.

—Vive en Hastings, es una pequeña ciudad costera a dos horas de Londres, de hecho allí nací yo y ella sigue viviendo en la casa familiar. Es muy bonita la ciudad, estoy seguro de que te encantaría.

—Me gustaría ver la costa inglesa, pero ya no queda mucho tiempo —susurré apenada.

—Lo mejor es la costa de Cornualles, es espectacular —se puso de pie y volvió a la cocina para seguir con la preparación de la infusión—. Cuando tengas vacaciones podrías venir y... si quieres podríamos visitar Cornualles.

Que Drew estuviese pensado en posibles planes que podríamos hacer en un futuro hacía que mi corazón se llenara de felicidad. Que quisiera seguir en contacto conmigo a pesar de la distancia me daba la esperanza de que todo podría salir bien. Se me llenaron los ojos de lágrimas y antes de que se diera cuenta me levanté corriendo y lo abracé por la espalda, él no se esperaba aquel ataque repentino de cariño y dio un respingo mientras vertía la infusión en una taza.

Siempre nos quedará Londres #1  #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora