«Solo somos dos almas rotas destinadas a encontrarse».
Abril solo tiene clara una cosa en su vida: no quiere saber nada de chicos.
Pero el destino le tiene preparada una sorpresa cuando decide hacer un viaje a Londres junto a su inseparable amiga...
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Ya había dejado de llorar en el hombro de Claudia y me sentía mucho mejor. Estaba más relajada pero aún tenía ese cabreo que me quemaba por dentro y la verdad es que no sabía bien por qué estaba tan cabreada con él. Sí, estaba lo del bloqueo pero había algo más y no sabía el qué pero en el fondo sabía que era porque Andrew seguía haciéndome sentir cosas que no sabía controlar.
—Así que ese era el famoso Andrew.
Asentí con la cabeza y suspiré.
—Pues es guapo. Bueno no, en realidad, está para mojar pan y volver a mojar. Joder tía que envidia.
—¿Te da envidia que me haya mentido?
Me empujó con suavidad con el hombro y se rio.
—Envidia porque te mira como si fueses la única mujer en el mundo y eso es bonito pero vomitivo a la vez. —suspiró de manera teatral—. Aunque ha habido un momento que te ha mirado con auténtico pavor, creo que se ha creído que querías arrancarle los huevos.
—Hace bien en creérselo porque se los voy a arrancar.
—Lo que le quieres arrancar es la ropa.
Le di un manotazo y ella siguió riendo a carcajadas.
—Andrew me da igual.
—No es verdad y lo sabes. Estoy segura que cuando le has visto te morías por abrazarlo y perderte entre sus fornidos brazos.
Bufé fastidiada y no contesté porque en el fondo sabía que Claudia tenía razón. Estaba enfadada con él pero al verlo allí de pie mirándome como un corderito me dieron ganas de abrazarlo y no soltarlo nunca. Y eso me cabreaba más, ya que me estaba dando cuenta que quizás Andrew me importaba mucho más de lo que creía.
—Si te pidiera perdón, ¿qué harías?
—Lo mandaría a la mierda.
Me crucé de brazos y ella sonrió.
—No puedes ser tan orgullosa, tía. Se ve a leguas que a Andrew le encantas y que está arrepentidísimo. Cuando te has ido corriendo deberías haber visto su carita, estaba destrozado.
—¿Estás de su lado o del mío? —pregunté ofendida—. Me da igual que esté arrepentido, lo que hizo fue una guarrada y ya está.
—¿Estás dispuesta a perderlo solo porque no quieres ni escuchar lo que te tenga que decir? Abril, a veces tenemos que comernos el orgullo para hacer que las relaciones funcionen, sean del tipo que sean.
¿Estaba dispuesta a perder cualquier tipo de relación con Andrew? Me había dolido que me bloqueara pero tenía que reconocer que quería a Andrew en mi vida. Me da igual si era como amigos o como algo más, pero lo necesitaba a mi lado. Necesitaba que me hiciera reír, que me ayudara a ser valiente, que me invitara a pizza para merendar y sobre todo que me hiciera sentir la persona más especial del planeta.
