7. Abril

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El fin de semana siguiente a nuestra llegada, conseguí sacar a Miriam a la calle para hacer turismo y patearnos la ciudad, no quise cansarla mucho los primeros días, así que volví con ella al Big Ben y estuvimos caminando por aquella zona

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El fin de semana siguiente a nuestra llegada, conseguí sacar a Miriam a la calle para hacer turismo y patearnos la ciudad, no quise cansarla mucho los primeros días, así que volví con ella al Big Ben y estuvimos caminando por aquella zona. No pude evitar pensar en mi encuentro con Andrew mientras pasábamos por el parque dónde me lo había encontrado. Tampoco pude evitar esbozar una leve sonrisa al recordarlo. Y no entendía porqué reaccionaba así con él, lo acababa de conocer, era absurdo estar tan atontada por un chico que no conocía de nada. Aquello no podía ser, me prometí a mí misma que no me volvería a precipitar con ningún chico, pero con Andrew me sentía diferente, era como si lo conociese de toda la vida; era tan cercano, tan amable... pero ahí estaban las vocecitas interiores que destruían cualquier buen pensamiento. ¿Y si detrás de esa sonrisa encantadora se escondía otro Imbécil? ¿Y si resultaba ser otro controlador? ¿Y si era un celoso compulsivo y me obligaba a alejarme de mis amigas? No, no podía dejar que ese chico entrara en mi vida. No podía volver a pasar por el mismo infierno porque esta vez no sabía si podría salir de él.

Decidí no contarle nada de mi encuentro con Andrew a Miriam porque se hacía muy pesada con los chicos y ya se hizo insoportable solo porque el día de la Cover Night él me había estado mirando. Si supiese todo lo que pasó aquella mañana del viernes, no me dejaría en paz. Ella deseaba que empezara a salir con algún chico, lo deseaba desde que me deshice del Imbécil pero parecía no entender que yo no me sentía preparada para otra relación.

El lunes empezamos las clases de inglés y agradecí empezar a tener una rutina aunque fuese solo por las mañanas. Estábamos en un grupo reducido de seis personas, todas hispanohablantes y que querían mejorar su nivel de inglés. Las clases eran muy amenas pero a veces se me hacían algo pesadas, ya que al principio daba un temario demasiado básico para mí. Hasta Miri, que tenía un nivel algo más bajo que yo, decía que el temario era para niños de primaria.

Entre clases y paseos por la ciudad, la segunda semana en Londres pasó en un abrir y cerrar de ojos. Ya estábamos otra vez a sábado y Keyla nos había invitado a una fiesta que daban en la residencia de su hermano y Miri estaba entusiasmadísima. A mí no me apetecía salir pero al final acepté y empecé a prepararme en mi habitación, me vestí con unos jeans y una camiseta de color rojo con escote en forma de pico. Nunca me esforzaba mucho por arreglarme pero aquella noche quería hacerme algo en mi pelo, ondulármelo o alguna cosa así. No había llevado mi rizador, así que decidí salir para pedirle a Miriam el suyo. Ella me lo dejó muy sonriente y feliz al ver que por fin me esforzaba un poco por arreglarme, rodé los ojos y al salir de su habitación me topé con Andrew que estaba de pie en medio del rellano. Cuando me vio se sorprendió y me echó un rápido vistazo por todo el cuerpo.

—¿Qué...? ¿Qué haces aquí? —pregunté abriendo poco a poco la puerta de mi habitación.

—Bu-bueno yo... ehm, venía a buscar a Keyla pero... veo que aún no ha llegado, así que...

Se rascó la nuca con nerviosismo y se acercó a los sofás para sentarse.

—Espera, eh... puedes, puedes esperar en mi habitación, si quieres. Solo tengo que... peinarme y ya podremos salir. Tú también vienes a la fiesta, supongo, ¿no?

Siempre nos quedará Londres #1  #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora