Le habría dicho tantísimas cosas... Me odiaba a mí misma por no haber podido decir nada. Sentía tanta angustia que no era capaz de articular ni una sola palabra.
En cuanto me encerré en la habitación dejé que toda la tristeza y frustración saliera de mi cuerpo. Me tumbé en la cama y lloré todo lo que no había llorado en toda la tarde. Sí, había dejado ir alguna lágrima pero aunque no lo parecía, me estaba controlando porque no quería hacer sentir a Drew mucho peor de lo que ya estaba.
Nunca pensé que separarse de alguien a quién quieres a tu lado doliera tanto. Nadie me había preparado para esto.
En realidad estaba hecha un lío porque no sabía qué clase de sentimientos tenía hacia él. ¿Solo amistad o algo más? No era amor, eso lo tenía claro porque yo nunca he sido de las que se enamoran a primera vista, de hecho nunca he creído en el amor a primera vista. Quizá sí que puedes tener atracción por una persona que acabas de conocer pero, ¿amor? Jamás. Para mí esta palabra siempre ha significado algo muchísimo más y sabía que por Drew no sentía nada de eso, quizás atracción pero nada más aunque no podía negar que entre nosotros había algo demasiado intenso. Y quizás estaba algo asustada porque jamás había sentido algo tan intenso por alguien.
Habíamos quedado en hablarnos, en seguir en contacto pero sabía que no sería capaz de seguir comunicándome con él porque echaría de menos abrazarlo, acariciarlo... en definitiva, echaría de menos el contacto físico con Drew.
Unos golpes en la puerta me hicieron dar un respingo. Me levanté con lentitud, abrí la puerta y cuando vi el cabello rosa de mi mejor amiga, me eché a sus brazos y seguí llorando sin consuelo. Ella me acariciaba el cabello con suavidad mientras me daba golpecitos en la espalda para darme ánimos.
—Tranquila que hay más peces en el mar.
Me separé de Miri y la miré a los ojos, los tenía rojos de haber estado llorando y me cabreé conmigo misma por no haberme preocupado por mi amiga que era evidente que tampoco lo estaba pasando nada bien.
—¿Has estado llorando?
Afirmó con la cabeza y evitando mi mirada, se acercó a la cama y se tumbó mirando al techo. Hice lo mismo y nos quedamos un rato calladas, dejando que algunas lágrimas resbalaran por nuestras mejillas.
—He hablado con Rick —susurró.
—Joder Miri lo siento, yo... soy una mierda de amiga.
—No digas eso, eres mi mejor amiga y siempre lo serás. He sido yo que me he guardado las cosas para mí misma, tú ya tenías suficiente con el cantante buenorro, así que...
—Pero no es excusa, debería haber estado a tu lado.
Me cogió la mano y me la apretó con fuerza.
—Abril, ni yo sabía que entre Rick y yo había algo más que simple folleteo, ¿cómo iba a decírtelo? Ha sido ahora, estos días que... yo que sé, no sé si es porque ya nos vamos o qué pero... he estado pensando más de la cuenta.
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Siempre nos quedará Londres #1 #PGP2024
Jugendliteratur«Solo somos dos almas rotas destinadas a encontrarse». Abril solo tiene clara una cosa en su vida: no quiere saber nada de chicos. Pero el destino le tiene preparada una sorpresa cuando decide hacer un viaje a Londres junto a su inseparable amiga...