Íbamos camino a la fiesta en la residencia de Rick; y Keyla se había colocado a mi lado para charlar, sabía que quería interrogarme, así que aceleramos un poquito el paso y nos alejamos un poco de las chicas que iban más rezagadas.
—Cuéntame.
—¿El qué?
—Venga Andy no te hagas el loco. Llevas más de un año escondiendo esa cicatriz y resulta que hoy la llevas desmaquillada, ¿por qué?
—Abril y yo hemos hecho un trato, los dos hemos salido sin... bueno, sin esconder lo que queríamos esconder.
No parecía una explicación muy buena pero Keyla asintió pensativa y mientras esbozaba una media sonrisa supliqué al cielo que no me hiciera más preguntas. Pero la suerte nunca estaba a mi favor.
—Abril y tú, entiendo. ¿Te gusta?
Ahí estaba, la pregunta que más temía. Y lo peor era que no sabía qué responder a ello. ¿Abril me gustaba? No tenía ni idea, era muy buena, era dulce, graciosa y en el baño de su habitación pasaron cosas que... en fin, que no había podido evitar acariciarle el pómulo y cuando lo hice miles de sentimientos empezaron a crecer en mi interior sin tan siquiera darme cuenta.
—No —contesté sin estar muy seguro—. Ella es muy maja pero Keyla, no hay nada entre nosotros. Sabes que paso de las chicas.
—Sí claro, hasta que aparece una barcelonesa para quitarte todas las tonterías que tienes en la cabeza.
Suspiré y no dije nada más, era inútil hablar de algo así con Keyla porque siempre acababa ganando ella. Cuando llegamos a la residencia me abrumó ver tanta gente y en cuanto llegamos a dónde estaba Rick volví a subir al hall para despejarme un poco. Me agobiaba estar entre tanta gente y ni tan siquiera sabía porqué había accedido a ir a esa maldita fiesta, pero ahí estaba yo, aguantando la música altísima y la gente yendo de aquí para allá.
Al final volví a bajar y justo vi que Abril se acercaba a la mesa de la comida. Me acerqué a ella para preguntarle si se quería ir y cuando vi que iba a darle un mordisco al brownie especial le di un manotazo para evitarlo. Ella levantó la mirada algo molesta por haber tirado su dulce y tuve que reprimirme para no descojonarme de ella por no saber que aquel brownie estaba sazonado de manera especial. Cuando se lo aclaré, ya apartados de la multitud, hizo cara de terror y tuve que echarme a reír.
—No pasa nada, una vez me comí uno sin querer y estuve haciendo el idiota un buen rato hasta que me dio la bajona y me quedé dormido en un baño.
—¿Dormiste en un baño?
—Sí y te aseguro que es más cómodo el suelo de tu habitación que un baño.
Ella se rio y se le encendieron las mejillas de vergüenza. Estaba seguro que en ese preciso instante estaba pensando en lo que había pasado en el baño de su habitación.
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Siempre nos quedará Londres #1 #PGP2024
Ficção Adolescente«Solo somos dos almas rotas destinadas a encontrarse». Abril solo tiene clara una cosa en su vida: no quiere saber nada de chicos. Pero el destino le tiene preparada una sorpresa cuando decide hacer un viaje a Londres junto a su inseparable amiga...