48. Abril

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—¡Debes estar despampanante en vuestra cita!

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—¡Debes estar despampanante en vuestra cita!

Un comentario de Miri que desencadenó en ir de compras con ella y Carlota para la cena que tenía con Drew. Y allí me encontraba yo, en una tienda de ropa probándome montones y montones de vestidos para la noche. Carlota y Miri habían insistido en que tenía que brillar esa noche porque era nuestra primera cita y no podía ir en pijama. Lo gracioso era que estaba convencida que si aparecía en la cena vestida de pijama a Drew le encantaría pero mis amigas querían vestirme como una muñequita y yo me dejaba hacer porque en realidad me lo estaba pasando bien. Miri empezó a mostrarme vestidos de los que le gustan a ella, de esos que si te los pones no puedes andar correctamente porque van demasiado ceñidos, así que me negaba a probarme aquellos que ella me enseñaba. En cambio Carlota era más practica y me enseñaba algunos que no estaban nada mal pero tenían demasiado brillo. Yo solo quería algo sencillo pero con esas dos era casi imposible.

—Abril, tienes que elegir ya. No podemos estar aquí todo el día.

—¿Nos tomamos un descansito? —pregunté agotada.

—¡No! —exclamó la dictadora de Miri—. Hay que encontrar algo, ¿quieres un vestido sencillo? Pues sencillo, pero hay que encontrarlo ya.

Bufé desesperada mientras salíamos de aquella tienda y entrábamos en la de al lado que parecía que fuese una copia de la anterior. Prácticamente tenían los mismos vestidos y los mismos complementos.

—Si no voy con jeans y ya está... joder es que si me ve mi madre salir de casa con un vestidito me hará un interrogatorio digno de la FBI.

Miri se colocó delante de mí con los brazos en jarra mirándome con el ceño fruncido.

—Ni hablar. Hoy tus piernas no estarán tapadas por unos pantalones. Te vas a poner un vestido y unas medias porque tampoco queremos que te mueras de frío. Y si te preocupa el interrogatorio de tu madre puedes venir a casa a cambiarte y de paso te maquillo yo, que lo hago muchísimo mejor que tú.

Dicho esto, volvió a girarse y empezó a rebuscar en las perchas algún vestido que a ella le gustara. Ese era el problema, que las dos buscaban algo que a ellas les gustara y no algo que a mí me pudiese gustar. Suspiré algo cansada y miré un perchero con aire despreocupado. Entonces encontré uno que podría servir. Era de color violeta, manga tres cuartos y con el escote en forma de uve; la espalda quedaba al descubierto y tenía la misma forma de uve que el escote. Me lo puse por encima y vi que me llegaba por las rodillas y además la falta tenía un poco de vuelo, así que podría caminar como una persona normal. Fui hacia ellas para enseñárselo y por suerte le dieron el visto bueno, así que me lo probé y las chicas quedaron encantadas. Empezaron a dar saltitos y a reprimir chillidos de entusiasmo. Ya teníamos lo principal, que era el vestido, así que solo faltaban las medias y unos zapatos decentes porque según Miri los que tenía en casa no valían para la cita. Al final conseguí que aceptaran que no pensaba ponerme tacones y me compré unos botines negros con un poquito de plataforma para parecer algo más alta, pero no mucho. Cuando lo tuvimos todo comprado, nos fuimos a descansar y a tomar un café calentito en una de las cafeterías del centro comercial.

Siempre nos quedará Londres #1  #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora