«Solo somos dos almas rotas destinadas a encontrarse».
Abril solo tiene clara una cosa en su vida: no quiere saber nada de chicos.
Pero el destino le tiene preparada una sorpresa cuando decide hacer un viaje a Londres junto a su inseparable amiga...
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Fui una idiota. Así, tal cual. ¿Cómo me atreví a decirle a Drew que tenía muchas cosas buenas? ¿Cómo fui tan idiota? Él ni tan siquiera me había escuchado por que si lo hubiese hecho seguro que habría hecho algún comentario, pero todo lo contrario, se quedó con cara de no haber escuchado bien lo que había dicho y no preguntó nada. Y fue mejor así, porque si lo hubiese escuchado me habría muerto de vergüenza. No sé qué me pasó ni en qué estaba pensando al decirle eso. Sí, claro que Drew tenía muchas cosas buenas, en tan solo una semana me hizo reír más que el Imbécil en todos los meses que estuvimos juntos pero él no tenía porqué saberlo.
Estaba de un humor de perros, así que no hablé con Miri en todo el domingo y mi móvil no paró de sonar cada vez que recibía mensajes de ella pidiéndome perdón por haberme abandonado en la fiesta. La verdad es que no estaba muy molesta porque se fuera con Rick, lo que más me molestaba era que ni tan siquiera me había explicado que estaban juntos. Para mí, la sinceridad en una amistad lo es todo porque si no le cuentas tus cosas a tus amigas, para qué las tienes. A ellas siempre les he explicado todo, bueno, no todo porque no les había explicado lo de Andrew, aunque no había mucho que explicar. Solo que habíamos hablado mucho y que a mí de vez en cuando se me escapaban tonterías porque sí, cuando estaba con él me volvía más tonta de lo que ya era.
El lunes por la tarde, después de clase, Miri y yo nos fuimos a pasear por el Hyde Park y aprovechando que hacía muy buen día, nos tumbamos en el césped para tomar el sol.
—¿Sabes lo que más me molestó el sábado?
No habíamos hablado del día de la fiesta aún y decidí sacar el tema porque siempre que había un problema entre nosotras lo prefería arreglar enseguida.
Ella se giró hacia mí para poderme mirar mientras hablábamos.
—Que no me dijeras nada de lo de Rick, de repente veo a mi amiga dándose el filete con un tío y yo no tenía ni idea. Siempre nos hemos contado nuestras cosas y... me sentó mal que esta vez no me dijeras nada.
—Lo siento, es que no vi el momento... te lo quería contar, claro que sí pero yo que sé, me olvidé. ¿Te acuerdas de que el jueves no vine a clase porque me encontraba mal?
Afirmé con la cabeza y ella suspiró.
—Pues era mentira, en realidad había quedado con Rick para vernos en su residencia. Me dijo que le gustaba y bueno que sabía que lo nuestro no iba a durar nada pero que si estaba de acuerdo pues...
—Y tú obviamente accediste.
—Me lo comí, literalmente.
Solté una risotada y la abracé porque hacía demasiados días que no abrazaba a mi mejor amiga.
—Espero que lo tengas claro y no te pilles, porque lo pasarás mal.
—Lo tengo claro —me aseguró mientras se tumbaba otra vez en el césped—. Y él también, desde el principio lo hemos dejado todo claro y no hay ningún problema. Y no te preocupes tía, no te volveré a abandonar en ninguna fiesta.
