Luego de que la hija de un poderoso clan fuera la única sobreviviente a la masacre que arrasó con toda su familia el estudiante Suguru Geto la lleva con el para resguardarla en la academia de echiceria en donde tiene un único amigo, el "hijo adoptad...
Suguru cada vez se veía más cansado así que por petición de Nanami traté de darle espacio.
"Aveces los adultos necesitan tiempo a solas"
Como sea Satoru pudo volver a ser en en un par de meses. Tiempo que usó hasta el cansancio para mejorar su ritual y yo con el; Un año entero de entrenamiento intensivo nos estaba sirviendo de algo.
Verlo entrenar y escucharlo hablar sobre como hacerlo me ayudaba bastante a controlar a Haruka. Ahora este podía salir cuando yo se lo pedía aunque era un tanto difícil que regresara al lugar donde descansaba.
Abrir portales se hacía cada vez más fácil, más aun con mi ropa de maga. Recuerdo que ese verano Haibara tomó cientos de fotografías donde Satoru y yo usábamos el sombrero y la capa en son de hacer que Suguru sonriera aunque no teníamos mucho éxito.
Aveces aun dormía con el aunque en retrospectiva dudo mucho que Suguru durmiera en alguna de esas ocasiones. Se que vio algo que lo cambió, aunque no se el que.
°°°
Suguru se había alejado lo suficiente de los demás como para que nadie preguntara nadasin embargo accedió a llevarme con el.
Se había sentado en un área de descanso en una de las esquinas de la escuela solo pensando mientras yo jugaba a unos metros de distancia.
–Mira Suguru, estoy usando a "azul" — dije imitando el moviénto rotatorio de Gojo con la diferencia de que yo arrastraba energía maldita.
–¿Has pensado en que quieres ser cuando seas grande, Izumi?– preguntó ignorando por completo lo que dije.
–¿Eh? Pues... ¡Quiero ser una echicera de categoría especial! Igual que tu y que Gojo. Así podré salir con ustedes a las misiones de riesgo y los moveré a lugares seguros cuando estén cansados...– Contesté sonriente.
–¿Te gusta ser echicera?
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–Claro, me gustaría ayudar a la gente como ustedes. ¿Para eso estamos no? —Suguru no respondió, solo se quedó mirando al vacío.
–¡Oh! ¡Suguru san!.
Haibara llegó sin avisar hablando sobre como estaba emocionado de ir a una nueva misión pues esta sería en un lugar lejano. Esto pareció animar un poco a Suguru así que aproveché para acercarme a el y abrazarlo.
