Luego de que la hija de un poderoso clan fuera la única sobreviviente a la masacre que arrasó con toda su familia el estudiante Suguru Geto la lleva con el para resguardarla en la academia de echiceria en donde tiene un único amigo, el "hijo adoptad...
Luego de llegar al puente y empezar a discutir sobre como debían hacerse las cosas me di cuenta de algo. El extremo de la cuerda que sostenía Izumi había empezado a caer lentamente con el viento.
—¿Que pasa Fushiguro?— Preguntó Itadori al ver que no dejaba de mirar la cuerda..
—Antes, le diste esa parte de la cuerda a Izumi.. ¿verdad Itadori?— dije en voz baja.
Casi al mismo tiempo los tres miramos al piso para ver que el otro extremo de la cuerda ya había caído por completo.
—Que raro, ¿donde se supone que esta esa chica?
—creí que había ido a atar la acuerda– Murmuró Itadori mirando a los alrededores.
Tanto Itadori como Kuguisaki le daban la espalda a la barandilla del puente lo que me dejaba ver el paisaje detrás de ellos al estar al frente.
—Santo dios, ¿en que momento subió allí arriba?— miré en la misma dirección a donde veía Kuguisaki cuando sentí como mi corazón se detenía por algunos segundos.
Izumi se había subido a lo alto de la baranda y miraba perdida al vacío.
—¡Voy a bajarla!— Gritó Itadori.
Pero antes de que el siquiera empezara a trepar por la cerca Izumi había estirado su mano derecha al aire al mismo tiempo que daba un paso en falso al aire.
Va a morir, si no hago algo va a morir.
—¡Izumi chan!
Antes de que Itadori terminara de gritar sin pensarlo me lancé por un espacio de la baranda para intentar atraparla.
Para ser sincero no pensé bien en como la salvaría si moría con ella. Solo quería salvarla a como diera lugar.
—¿Megumi?— Preguntó en voz baja Izumi luego de ver que salté tras ella.
—¡¿Que carajo crees que haces tonta?! — estiré mis brazos tanto como pude y apenas la toqué, la pegué a mi pecho.
—¿Megumi?— repitió —¿por que saltaste?
Su voz era baja y triste, además de no hacer esfuerzo alguno por sujetarme.
—¿Como que porque? No quiero que te....
Antes de terminar la frase me di cuenta que ya no estábamos en el puente, ahora estábamos en un lugar oscuro sin nada al rededor.
Habíamos entrado a uno de los portales.
—¿Megumi? —Las manos de Izumi se pusieron en mis mejillas para que la mirara de frente lo que me llamó la atención.
Sus ojos seguían siendo de un amarillo vibrante justo como recordaba, pero esta vez pequeñas marcas de ojeras le acompañaban.
Su piel se veía mucho más palida de lo que recordaba pero el color rojizo de sus mejillas seguía siendo el mismo.
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