Luego de que la hija de un poderoso clan fuera la única sobreviviente a la masacre que arrasó con toda su familia el estudiante Suguru Geto la lleva con el para resguardarla en la academia de echiceria en donde tiene un único amigo, el "hijo adoptad...
No creí lo que dijo Satoru, no por que pensara que era un mentiroso; en su lugar creo que fue por que confiaba en Suguru demasiado. Sabía que era un hombre trabajador, honesto y amoroso que no sería capaz de hacer algo como eso. Nuestro pequeño árbol me lo demostraba.
Aun así guardé silencio y no volvi a tocar el tema. Se lo testarudo que es Gojo así como se que nunca le ganaré en una discusión, no tenía más caso tocar el tema.
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-Hoy iré a un mandado; ¿quieres venir conmigo zuzu?
-Estoy bien aquí; gracias...
-¿Puedes quitar esa cara larga? Vamos te gustará el lugar a donde voy.
-Satoru dejala en paz- Interrumpió Nanami san -Yo la cuidaré hoy. Ve a donde tengas que ir y vuelve temprano.
-Eres una niña muy amargada- Replicó Gojo al ver que me dejaba cargar por Nanami escondiéndome en su hombro -Te apuesto a que sonreiras con la sorpresa que tengo para ti.
-¿Iras a donde Toji?- Preguntó Shoko san.
Toji.. he escuchado ese nombre antes...
-Sip, no pensaba hacerlo pero viendo a Zuzu así creo que será lo mejor...
-Creí que no querías volver a ser de niñera.
-Por ella haría lo que fuera- Satoru entonces caminó hasta ponerse detrás de Nanami para moverme el cabello de la cara y así verme fijamente -Voy a traerte un regalo así que sonríe para mi cuando vuelva ¿entendido
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Asentí con la cabeza sin muchas ganas y simplemente me aferré con fuerza a Nanami. Despedimos a Satoru y luego entramos a la escuela de nuevo.
-¿Quieres jugar Zuzu?- Negué con la cabeza -... ¿Que te parece si vamos a comer pastel? Hay una tienda muy buena a unas cuadras de la estación de Shibuya...
-No tengo hambre, gracias Nanami san...
-Entonces ponte a entrenar- Ordenó Yaga sensei -Aquí no es guardería y menos si usted quiere ponerse a jugar a estar triste.
-¡Sensei! Izumi es una bebé; dele algo de tiempo- Reclamó Shoko san poniendose delante de mi.
-Tiene 6 años, no es ninguna bebé.
No estoy segura de cómo. Solo se que de un momento a otro debajo de mi apareció algo similar a un agujero negro que me succionó fuera de la sala donde nos encontrábamos todos.
