Error || Fushiguro Megumi

18| Chantaje.

La maldición que salió detrás del chico nuevo no tardó ni un segundo en tomar a Izumi de los hombros para luego levantarla tan arriba en el cielo como le fue posible.

—¡Rika! — Gritó Okkotsu genuinamente preocupado.

—¡Akai!

—¡Ojuelas de bonito!

—¡Niña!

—¡Izumi! — nunca había visto a 5 personas entrar en pánico tan rápido como aquel día. Temí que la dejara caer así que me apresuré a activar mi ritual; extendí mis manos entrelazadas y grite fuerte —¡Nue!

Nue apareció en pocos segundos detrás de mi esperando la orden.

—¡Ve por ella!— Ordené.

El corazón me latía a mil por hora, sentía como en cuanto menos lo esperara ella podría morir y eso me aterraba.

~Izumi~

Por lo rápido que ocurrió todo apenas tuve oportunidad de abrir los ojos cuando ya me encontraba arriba.

Escuchaba a los sempais y a Megumi gritar abajo pero la cantidad de aire que había, acompañado de las fuertes garras que me apretaban, me impedían mirar hacia abajo.

—¡Mio! ¡Yuta es mio!— Empezó a gritar aquella... ¿chica?

Siento que sería muy grosero llamarla maldición, cuando claramente Haruka sigue siendo una persona para mi.

—Cielo, tu debes ser la maldición de Okkotsu sempai. Genial— No pude evitar burlarme. Pasar demasiado tiempo con Gojo era peligroso.

—¡Tu! ¡Muere! — Pude ver de reojo que Nue se preparaba para atacar, puesto que aunque no lo viera directamente eran bastante visibles los rayos que emanaban de sus alas.

—Lo siento. Hoy no es un buen día para morir— Sonreí y cerré los ojos esperando la descarga de las alas de Nue.

Si bien este no me golpeo directamente, había aprendido por las malas que la electricidad de Nue era capaz de atravesar a las maldiciones al punto de pasarse a las personas cerca.

—¡Aaah! — El grito de la maldición solo me avisó que en cualquier momento seguía yo y así fue.

Gracias a la descarga aquella cosa me soltó, haciendo que Nue me atrapara en el aire para luego bajarme rápidamente.

Apenas toqué el suelo Megumi desvaneció el conjuro haciendo que Nue desapareciera.

—¿Estas bien?— preguntó Megumi más blanco que un papel mientras me tomaba de las manos.

—Estoy bien, tranquilo— Sonreí al ver que la maldición regresaba de peor humor que antes así que me apuré a poner a Megumi detrás de mi.

—¡Ya basta Rika! — con tan solo esas palabras aquella cosa se quedó quieta pues, Okkotsu se había puesto enfrente de nosotros evitando que nos alcanzara.

—Parece que alguien amaneció de mal humor— Me burlé fascinada.

—Por favor disculpala. Rika es un poco, celosa.