Luego de que la hija de un poderoso clan fuera la única sobreviviente a la masacre que arrasó con toda su familia el estudiante Suguru Geto la lleva con el para resguardarla en la academia de echiceria en donde tiene un único amigo, el "hijo adoptad...
Al llegar a un lugar "tranquilo" ambos aplaudimos provocando que una gran cantidad de maldiciónes saliera del río, yendo directamente a por nosotros.
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Ya que me técnicamente soy persona relativamente "normal", para mi es casi imposible alcanzar a Itadori corriendo por lo que usé mi ritual de Manipulación Sensitiva para traer de vuelta a Psûchê quien me llevó cargando en su espalda.
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—¿Como puedes subirte a eso? — preguntó Itadori mientras corríamos.
—Es como subir a un perrito gigante — respondí aferrándome a los cuernos de mi criatura cual jinete de carreras —Un perrito enorme con, rasgos humanos.
Eso último me causó gracia sin razón aparente.
—OK, supongo que está bien si tu estas bien con eso.
Corrimos hasta guiar a las maldiciones al callejón donde Choso ya esperaba.
Logramos ponernos de acuerdo para esto hacia apenas 1 hora y aun así las cosas parecían ir bien.
—¡Choso! — gritó Itadori luego de que llegáramos al lugar.
—¡Sangre Perforante!
Psûchê se escondió en un portal en el suelo al mismo tiempo que yo saltaba rodando para cortar algunos otros pequeños que intentaron acorralarnos.
Choso logró acabar con la gran mayoría de maldiciones mientras que Itadori se encargó de un par más que evitaron el disparo de la sangre perforante.
—Yuji, Izumi...
—Wow, salió mejor de lo que había planeado — dije luego de exorcizar a los pequeños seres al mismo tiempo que Itadori se limpiaba el puño izquierdo luego de desaserse de la maldición ardilla.
