02: Interesante

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Khao salió del aula una vez finalizaron las primeras clases dirigiéndose hacia la cafetería. Tenía un poco de hambre ya que en la mañana ni siquiera se había acabado el paquete de galletas. Terminó comprando un panecillo y fue por un café a la máquina expendedora, no es que hiciera frío o algo así, sino que era ligeramente adicto a aquella bebida.

No busco a sus compañeros de departamento entre las mesas que estaban llenas de universitarios porque , a pesar de todo, realmente no eran amigos. No estaba seguro de cómo reaccionarían ellos si en algún momento llegara a sentarse en su mesa, y ellos tampoco habían ido a sentarse alguna vez con él.

No era que se evitaran o fingieran que no se conocían, simplemente no lo hacían, o mejor dicho, ellos no lo hacían con él, ni Khao con ellos, puesto que había visto juntos a esos tres en otras ocasiones.

Salió del edificio sentándose en una de las mesas que había en el patio trasero, que en esos momentos se encontraba vacío, ya que el cielo estaba un tanto nublado.

—Lloverá —murmuró mirando hacia arriba un momento, dándole un largo trago a su café y lanzando un suspiro de satisfacción.

—Si empieza a llover en este momento voy a pensar en que la has invocado —dio un respingo al escuchar aquella voz, se giró enseguida mirando a un chico de ropa negra sentado sobre otra de las mesas, con los pies sobre la silla y con un cigarro en los labios.

—Sería interesante —le contestó encogiéndose de hombros, mirándolo un momento antes de prestarle atención nuevamente a su café.

—¿Puedo saber qué haces aquí? —le preguntó soltando el humo del cigarrillo que colgaba de sus labios.

—¿No puedo estar aquí? —le regresó la pregunta.

Khao se le quedó viendo, dándose cuenta que el tipo no lo miraba, y por un momento creyó que no estaba hablándole a él. Hasta que el muchacho se giró, su cabello era negro azulado cortado de manera dispareja con un flequillo largo “¿Lo habrá cortado el mismo?” se preguntó sin poder evitarlo, mirando después sus ojos azules que contrastaban mucho con aquella piel blanca y ese cabello oscuro.

—No tienes que estar a la defensiva —murmuró, levantándose y sacándose el cigarrillo de los labios, mirándolo un momento antes de apagarlo con su lengua como si fuera lo más normal del mundo, haciendo a Khao fruncir el ceño.

“¿Acaso eso no dolía?”

El chico se paró acercándose a Khao y volvió a sentarse de aquella manera, pero ahora en la mesa donde el rubio estaba.

—Es la primera vez que te veo por aquí a esta hora, y como casi nadie suele venir aquí… —dijo después, mirándolo fijamente.

Khao apartó la vista incómodo.

—Suelo ir a la biblioteca en el receso —le explicó—, pero tenía hambre —señaló el panecillo a medio morder. —Y no estoy a la defensiva —agregó después.

—Ya… —respondió el chico gótico desviando la vista por fin.

Khao estaba seguro de que solo lo dijo para que no replicara y no porque le creyera.

—¿Aún no sabes si tendrás tiempo libre en la tarde? —de la nada llego el tipo que lo había detenido en la mañana. Acababa de salir del edificio y estaba atrás de ellos por lo que Khao había tenido que girar un poco el cuerpo para verlo.

—Zee —dijo su nombre solo porque lo había escuchado en el trascurso de la mañana. El mencionado sonrió complacido.

“¿Por qué se alegra de que sepa su nombre?” Khao creyó que ese tipo era raro.

—Lo siento pero no estoy interesado —ni siquiera le importaba cual era la propuesta de trabajo, no pensaba trabajar de todas formas. El chico gótico se rio con los labios cerrados levantándose de la mesa.

—Nos vemos luego —murmuró llevándose el panecillo del rubio a la boca, sonriendo mientras lo señalaba con el antes de irse despidiéndose con una mano en alto.

—¿Así que no estás interesado? —volvió a llamar su atención Zee, Plan se preguntó por qué le hablaba en un tono de voz un tanto rudo.

InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora