Soy Khao, me gusta el sexo y me gusta cumplir todo tipo de fantasías, estoy disponible todo el tiempo.
¿Orgías? ¿Tríos? Me apunto. ¿Eres mujer, eres hombre? Lo que sea, me gusta de todo; altas, pequeñas, con tetas enormes, tetas pequeñas, morenas, r...
Escuché cuando estacionó el auto y no tardé en salir de la cama bajando rápidamente las escaleras.
—¡Jeff! —le grité. Dejó caer su chaqueta al suelo antes de abrir sus brazos recibiéndome en un fuerte abrazo—. ¡Jeff...! —volví a decir con la voz entrecortaba.
—Dime que es lo pasa, joder, me estas asustando —dijo apartándome y viendo fijamente el morado que tenía en la barbilla. —¿Quién te golpeo? —preguntó con el rostro muy serio.
—Lo arruiné Jeff. Lo siento, lo siento —le dije entre sollozos.
—Joder Barcode, dime que mierda pasa —dijo desesperado llevándome en sus brazos hasta su habitación y luego miró alrededor—. Dime que ha pasado, sea lo que sea que haya pasado todo estará bien, ¿sí? —me aseguró—, pero no puedo ayudar si no me dices que está pasando Barcode. Tranquilízate y dime que ha pasado —dijo serio y siguió mirando hacia los lados percatándose apenas de que First no estaba.
—¿Dónde está First? —bajé la vista.
—No fue a la escuela... —sentí su mano sobre mi mejilla limpiando las lágrimas que aun mojaban mi rostro—, se supone que hoy debía presentarse porque ayer terminó su suspensión, pero no fue...
—Dime que paso, Barcode —pidió seriamente mirando por la ventana hacia la casa de los vecinos.
—Entré a su jardín... —susurré.
—¡¿Qué!? ¿Por qué hiciste una cosa tan estúpida, Code? —preguntó enseguida levantándose de la cama donde se había sentado—. ¿Te golpeó ese hijo de puta? Voy a matar ese maldito —caminó hacia la puerta y rápidamente se giró.
—¿Te hizo otra cosa? ¿Viste a First? ¿No estaba Neo?
—¡Fue First, él me golpeo! —le grité deteniéndolo—. Fui a su casa y toqué la puerta pero nadie me abrió así que fui por el jardín —nuevamente sentí lágrimas sobre mis ojos—. Le escuche llorar, Jeff... fue horrible. Neo no dejaba de llorar... salí corriendo, iba a marcarte —le expliqué—, pero First salió de su casa, no me dejo decirle nada y me golpeó —empecé a sollozar nuevamente—, me dijo que no volviera a acercarme a él y a su casa.
Volvió a sentarse en la cama llevándome con él, abrazándome y protegiéndome con sus brazos, reconfortándome.
—¿Cómo estaba él? —preguntó tiempo después, cuando ambos estábamos más tranquilos—. ¿Le volvió a pegar? —solo asentí con la cabeza.
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—¿Barcode? —el castaño parpadeos regresando a la realidad, miró confundido un momento a Zee antes de fijarse en su nariz que ya había sanado—. No me la rompió —le explicó al notar su mirada.
—¿Qué es lo que quieres? —le preguntó, y aunque la pregunta pudo ser algo seca, no lo dijo en tono mordaz.
—Yo... necesito... —el castaño le interrumpió levantando la mano para hacerlo callar.