31: Dudas y somos amigos, ¿cierto?

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—Sigo pensando que es mala idea dejarlos sin ninguna patrulla cerca —le dijo Mile a Jeff.

Habían regresado al departamento del detective con el fin de juntar todas las pistas que tenían y seguir algún plan.

—Mira, leíste los mensajes que recibieron Khao y Ta, es obvio que los estuvo siguiendo. Una parte de mí se alegra de que ninguno mencione la dirección donde viven o acciones que hayan hecho dentro de su departamento, pero eso no significa que no sepa donde viven. Los de Khao son más referentes a dentro de la escuela y aunque ha recibido un montón de mensajes a diferentes horas del día, ninguno hace referencia a lugares donde está, más bien, donde estuvo. En cambio Ta, sus mensajes mencionan lugares donde él estaba exactamente cuando recibió el mensaje.

—Por alguna razón se siente más cómodo acercándose a Ta —dijo Mile—, lo cual me parece extraño. Mira, todos los chicos que ha matado hasta el momento eran jóvenes, rubios y apuestos… no estoy diciendo que este chico no lo sea, pero comparándolo con Khao... Me parece extraño que no lo acose más a él. Aunque Khao empezó a recibir los mensajes primero, sin mencionar que es el que más recibe llamas. Mencionó que suele contestar sus llamadas aun sabiendo que es él porque si no seguirá enviándole mensajes con más frecuencia. Ninguna vez lo han escuchado del otro lado de la línea por lo que solamente lo hace, bien para escucharlos, o solo es parte de su acoso.

—Minseok no tenía celular, pero el último chico si debió tener, ¿no lo tomaron como evidencia? —preguntó Jeff.

—Te recuerdo que lo encontraron en un callejón —contestó alzando una ceja, gesto que hacía antes de reprender al menor—, o no estás prestando atención realmente o este caso es demasiado personal, nuevamente... —murmuró lo último.

Jeff apretó la mandíbula sin poder evitarlo.

—Que sea el mismo caso no tiene nada que ver, ¿sí? el viejo solo me ponía trabas cuando recién empezamos a avanzar y terminó dándome un ultimátum para que dejara de investigar en servicios sociales por alguna razón, y...

—Mira, aunque fueras muy bueno en lo que hacías, aun eras un novato. El viejo llegó a mencionarme que posiblemente el caso te afectaría más de lo normal porque conociste a algunos de los últimos chicos en ese entonces —frunció un poco el ceño—, y nunca me informaste que estabas investigando en servicios sociales... —Mile lo miró con sospecha.

—Eso no tiene nada que ver con el caso —zanjó el tema. Jeff no hablaría de eso y punto—. Sí, conocí a los últimos tres, así como los conocían todos en la manzana, no es como si fueran personas cercanas, e independientemente de todo eso, el viejo me ponía trabas con todo. ¿Por qué crees que terminé yéndome?

—Ya... —respondió aunque Mile no estaba conforme con esa explicación. —Esos últimos días que trabajamos juntos estabas demasiado distante —dijo aun así, sin dejar el tema en paz—. No sé qué clase de problemas tendrías en casa, pero te estaban afectando, y no intentes negarlo que al final no solo renunciaste, sino que te mudaste.

—Deja el tema, ¿quieres? —pidió Jeff nuevamente, no hablaría de eso con nadie que no fueran aquellos dos.

Mile suspiró exasperado pero asintió con la cabeza.

—Estoy algo sorprendido de que First también recibiera mensajes —Jeff apretó la mandíbula sin poder evitarlo, no sabía que pensar respecto a eso—. Aunque él solo recibe fotos, ninguna llamada y ningún mensaje, no entiendo para que enviarle las fotos, ni siquiera encaja en el perfil a excepción de que es atractivo.

El detective sintió unas ganas terribles de golpearlo, "¿desde cuándo sabe que hombre es o no atractivo?"

Mile interpretó la pregunta por el silencio.

InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora