Soy Khao, me gusta el sexo y me gusta cumplir todo tipo de fantasías, estoy disponible todo el tiempo.
¿Orgías? ¿Tríos? Me apunto. ¿Eres mujer, eres hombre? Lo que sea, me gusta de todo; altas, pequeñas, con tetas enormes, tetas pequeñas, morenas, r...
First despertó cuando sintió su celular vibrar y frunció el ceño sin poder evitarlo pues hacia horas que el celular de Khao había empezado a sonar. Como era un número desconocido simplemente puso el teléfono en silencio para que el rubio no se diera cuenta. Estiró un poco la mano intentando alcanzar el celular pues estaba en la mesa de noche del lado del dormilón que estaba pegado a él como garrapata al perro, bien, seguramente era su culpa pues él lo había abrazado en la noche y no lo había soltado.
Khao estaba ligeramente recargado en uno de sus hombros entre sus brazos, el azabache se giró un poco intentando alcanzar el maldito aparato del demonio que no dejaba de vibrar hasta que al final hizo un movimiento más brusco que mandó al rubio al piso y no pudo evitar empezar a reír.
—¿¡Por qué me tiraste!? —gritó Khao enseguida, se veía sumamente gracioso con esa cara de sueño y con el cabello alborotado.
—Estaba tratando de alcanzar mi celular. No hubiera tenido problemas sino te me pegaras todo el tiempo mientras duerme —le contestó mintiendo vilmente, logrando que el chico se sonrojara.
—¿Te ha llegado un mensaje? —preguntó cambiando drásticamente de tema, First sabía que lo hacía porque estaba avergonzado.
—Joder, puto loco... —murmuró asintiendo con la cabeza mientras veía las fotos que acababan de llegarle. Esta vez el chico se veía más joven que los otros, posiblemente un adolescente, por supuesto que era rubio—. Bueno, durmamos —dijo bloqueando el móvil y acomodándose otra vez.
—¡¿Eh?! ¡Claro que no! Tenemos que hablar con Jeff —le regañó Khao enseguida, y First no pudo evitar suspirar mientras el rubio se levantaba a encender la luz.
—Ya está muerto, deberías dejar de darle tanta importancia al maníaco. Durmamos, venga —pidió otras vez dándole unas palmaditas al colchón mientras cerraba los ojos.
—¡Chicos! —First gimió frustrado cuando la puerta se abrió por culpa de Ta, quien iba solo en unos boxers cortos—. No ha dejado de llamarme en toda la noche y acabo de recibir un mensaje.
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—¿Jeff? Sí, soy Khao... perdona que te haya despertado pero será mejor que vengas... First ha recibido otras fotos y... ok... —el azabache giró los ojos resignándose a que no podría volver a dormir.
Pasaron alrededor de 15 minutos cuando Barcode y Jeff llegaron al departamento. Apenas el castaño abrió la puerta Ta lo abrazó. Dejando a Barcode con sentimientos encontrados al notar que el rubio castaño solo iba en ropa interior.
—¡Estoy harto, Barcode! Tengo sueño, hambre y me duele el trasero por culpa de First —dijo señalando la puerta de la habitación del azabache que estaba cerrada.
El azabache estaba de un humor de mil demonios ya que si había algo que lo fastidiaba era que lo despertaran, tenía el sueño muy ligero y una vez que despertaba por algo ya no podía dormir.
