Capítulo 64: Inocente e "Infancia 11"

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—Quiero hacerlo —dijo Khao antes de sentarse sobre las piernas de First, apoyando las manos sobre su cuello y acariciando un poco el cabello de su nuca.

Desde que había descubierto la suavidad de este, no podía dejar de tocarlo y en más de una ocasión se había preguntado si era un tinte, pero nunca le había notado raíces de otro color. Lo beso lentamente aun mirando sus ojos asegurándose de ver todas sus expresiones, él también quería estar seguro de que First deseara hacerlo.

—Trata de no odiarme después —le dijo serio el azabache antes de empezar un beso lleno de pasión que dejo al rubio completamente desconcertado mientras trataba de seguirle el ritmo, la mano que no tenía lesionada apretaba con fuerza su culo provocándole escalofríos—, porque no voy a alejarme de ti aunque me aborrezcas —susurró separándose de Khao, mirándolo con aquellos ojos amarillos que tenían ese brillo extraño que le recordaban a los de un felino asechando a su presa—. No me alejaré —su voz era más gruesa que de costumbre por la excitación.

—No dejaré que te alejes —contestó Khao sintiéndose acalorado mientras First le sacaba la playera, cerró los ojos cuando sintió la boca del azabache sobre uno de sus pezones—. Estaremos juntos —agregó antes de soltar un gemido cuando sus dientes se cerraron con algo de fuerza sobre aquel botón sobre su pecho.

—¿Dolor o placer? — preguntó burlón antes de sujetarle con fuerza los muslos haciendo al rubio quedar boca arriba sobre la cama y con las piernas enganchadas a él. —Que pervertido —canturreo moviendo su pelvis contra la ajena provocando que sus miembros se frotasen sobre la tela de los jeans.

—Imbécil... —jadeo Khao, jalándole al azabache un poco el cabello para volver a besarlo mientras que con su mano libre dibujaba los músculos de su abdomen—. Quítatela —le exigió jalando su playera.

—¿Mandón? —volvió a burlarse sentándose sobre el rubio para quitarse aquella estorbosa prenda mostrándole su cuerpo, dejando a Khao embobado.

El resto de la ropa no tardo en salir volando a los minutos. Los gemidos de Khao eran los que se escuchaban más fácilmente haciéndole sentir avergonzado al principio, pero una vez que superó aquello, empezó a disfrutar como nunca, y más cuando al azabache se le escapaba de los labios algún gemido ronco. First se separó de sus labios para mirarle fijamente, haciéndole saber al rubio que el momento había llegado.

Khao respiró profundo antes de abrir un poco más las piernas y sonrió para demostrarle que confiaba por completo en él. Sentía el palpitar acelerado del corazón del azabache y eso le llenaba orgullo de alguna manera, cerró los ojos al sentir como entraba lentamente su dedo, y a pensar de que seguramente First estaba viendo su mueca de dolor, no se detuvo hasta que entró completo.

—No tienes ni la más mínima idea de lo que siento por ti —escuchó decir al azabache antes de sentir como besaba su frente.

Ese dedo se convirtió en dos y luego en tres, transformando a Khao en una gelatina humana llena de sensaciones y experiencias nuevas.

—Mírame —le ordenó First tomándolo del mentón al mismo tiempo que su polla entraba en el rubio.

—Duele —gimió Khao apretándole con fuerza los brazos, mirando sus ojos amarillos que se encontraban dilatados.

—No pienses en ello... —le escuchó susurrar una vez que entró por completo y empezó a moverse, volviendo loco a su querido novio.

—Joder... —exclamó el de ojos ónix de puro placer, y apenas pudo escuchar a First reír entre jadeos.

¿Segundos? ¿Minutos? ¿Horas? Khao no lo sabía, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero una vez que llegaron al final su cuerpo se sentía completamente cansado y satisfecho.

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