Inocentes

Capítulo 43: Infancia 7 (Inocentes)

Me dolía el cuerpo pero aun así me había levantado de aquella cama y me había dirigido al baño, el plan era tomar una larga ducha pero al final terminé en frente del escusado regresando todo lo que había comido.

—¿Qué tan estúpido seré si te pregunto cómo te sientes? —la voz de Bible me hizo levantar un poco la cabeza antes de sentir nuevamente arcadas.

—Más que siempre... pero nada sorprendente —dijo Neo entrando al baño y no tarde en sentir sus manos en mi espalda dándome unos golpecitos—. Anda, ya no tienes nada que vomitar —dijo llevándome al lavabo para que enjaguara mi boca.

—Para esa mierda que comemos es obvio que no va a tener nada que devolver —bufó Bible.

—No hables como si no estuviera, mamón... —le dije una vez que me compuse un poco. Me giré encontrándome con sus ojos permitiéndome ver solo por unos segundos sus sentimientos, sin aquella máscara de indiferencia que todos los hijos Kanaphan sabían poner... se sentía culpable—. No fue tu culpa —murmuré dándole un golpe algo fuerte en el hombro.

Si bien el gesto fue para animarlo, una parte de mi quería regresarle un poquito el dolor que yo sentía, y él lo entendía pues no me regresó el golpe.

—Nosotros nunca tenemos la culpa, somos inocentes —dijo Neo en un tono que hacía ver claramente lo contrario, con una sonrisa egocéntrica en sus labios partidos—. Somos inocentes —volvió a repetir. —Deberías tomar un baño —me recomendó dirigiéndose a la puerta, pero se detuvo antes de salir mirándome—. ¿Necesitas que te ayude? —fue directo.

—No, largo —dije señalando hacia la puerta—. Tú también, váyanse —señalé a Bible quien se encogió de hombros saliendo del baño después de empujar un poco a Neo.

—¿Te iras con ellos esta noche? —preguntó Neo aún sin salir mientras me quitaba la ropa lentamente, estaba adolorido, refiriéndose a Barcode y a Jeff. No le contesté y él no pidió una respuesta pues sabía que después le diría.

Me duché tan rápido como pude, sabía que el imbécil no tardaría en llegar, y si venia tan borracho como de costumbre no le faltaban excusas para empezar a joder.

Me puse de pijama una playera que me quedaba grande, era de la ropa que Apo había dejado, y una pantaloneta de Neo solo para molestarlo.

—¡Vengan aquí, mocosos hijos de puta! —suspiré, bueno, por lo menos no era el imbécil quien había llegado ebrio.

—Menos mal que aceptas lo que eres —debo decir que me dio un poco de gracia verla dar un respingo al escucharlo. Ella estaba sentada en una silla del comedor mirando mal a Bible y a Neo cuando Apo entró por la puerta de atrás sin que ella se diera cuenta.

—¿Qué haces tú en mi casa? —preguntó visiblemente sorprendida.

—¿Cómo están? —nos preguntó Apo a cambio, dándonos una repasada de pies a cabeza como cada vez que venía, y supongo que se dio cuenta de lo que había pasado al verme.

—Igual de jodidos que siempre —dijo Bible siendo franco.

—No sirve de nada quejarse —dijo al mismo tiempo Neo quien miraba con indiferencia las uñas de su mano izquierda.

—¡No me ignores! —chilló Kitty con voz aguda mientras se levantaba tambaleante de la silla mirando a Apo con odio—. ¡Y a ustedes les he dicho que no lo dejen entrar! ¡Él no es parte de esta familia!

—¿Somos una familia? —preguntó Neo con una ceja alzada.

—Familia, mis huevos... —murmuró Bible.