Capítulo 38: Zona de amigos y que les den

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Mark abrió la puerta lentamente, no quería despertar a su hermano.

Desde el primer día le había dejado claro que no quería que llegara tarde a casa entre semana y que le avisara si pensaba salir los fines de semana, pero su teléfono había muerto y, está bien, esa era una excusa, pero aun así no quería tener problemas.

Entró a la casa lentamente y casi se cae de culo cuando lo encontró sentado en el sofá enfrente del televisor.

—War... —tartamudeo pensando en alguna excusa.

—Vete a dormir, mañana tienes que ir a la escuela —respondió el pelinegro sin siquiera voltear a verlo—. Papá dijo que hablaría con tu director por lo que pasó el otro día y seguramente le preguntara por tus asistencias, no voy a defenderte si encuentra faltas —dijo todo aquello en una voz neutra, pero de haber sido lo contrario, Mark hubiera dicho alguna estupidez que los haría pelear en último momento.

El pelirrojo se acercó a donde estaba su hermano, extrañado por su actitud.

—War... —volvió a llamarle sentándose a su lado, su flequillo disparejo no le permitía verle los ojos, pero tenía un semblante serio.

—Dije que te fueras a dormir —murmuró.

—¿Qué tienes, hermano? —preguntó el menor preocupado, ignorando el hecho de que le había ordenado hacer algo. Tocó su mano y solo así el pelinegro volteó a verlo, encontrando sus ojos azules nublados—. ¿Qué pasa?

—Lo arruiné, Mark... —confesó antes de pasarse una mano por los ojos eliminando las lágrimas que aún no derramaba.

—¿El qué? ¿Con Khao? ¿Cuándo te le confesaste? —soltó un montón de preguntas sin entender que había pasado.

War resopló dejando escapar después una risilla sin nada de gracia.

—Empezamos a discutir —suspiró recordando—. No, yo empecé a discutir solo —se corrigió—. Le pregunté si quería saber quién había esparcido ese rumor sobre él y me dijo que no.

—¿Dijo que no, por qué? Digo, si algún idiota dijera cosas de mí le rompería la cara —Mark cruzó los brazos sobre el pecho—. Bueno, ya lo he hecho —dijo girando los ojos provocando que su hermano bufara dándole un golpecito en el brazo.

—Y casi te demandan por eso —le recordó.

—Ya, ya —le quitó importancia al asunto—. ¿Qué sucedió después?

—Me enteré de la persona que lo... bueno —se cortó a media oración. —Sucedió algo por ese rumor —explicó viendo al pelirrojo a los ojos, el menor sin duda se dio cuenta de que no quiso explicarle, pero no le interrumpió por el momento—, fue algo grave, pero desde un principio Khao solo quiso olvidarlo —volvió a encogerse de hombros—, dijo que no necesitaba que le estuviesen salvando y exploté...

—¿Le pegaste? —preguntó Mark sorprendido, ganándose una mirada incrédula de War.

—Que no soy tú —resopló—. No, no lo golpee, pero si le dije a si hubiera sido First quien lo hubiera defendido... pues, que no iba a reaccionar de la misma manera, y al final terminé diciéndole que me gustaba.

—¿Y él que te dijo?

War sonrió encendiendo un cigarro.

—No deje que me contestara, me fui... —dijo soltando un montón de humo.

—Debiste esperar a que dijera algo... —le aconsejó el menor tratando de animarlo.

—No serviría de nada, estoy completamente en la zona de amigos, Mark, y seguramente ahora me odia por lo que dije de First.

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