24: Otro Mark y visita sorpresa

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Barcode apagó de un manotazo el despertador de Ta. Al final se había quedado en su habitación esperando a que le contara algo sobre esas llamadas, pero se había quedado profundamente dormido en cuanto se acostó a su lado. Suspiró profundamente al escuchar su alarma desde su habitación, levantó su brazo lentamente para poder salir de la cama e ir a su recamara para apagar el despertador, era obvio que ninguno iría a clases. Tal vez Khao iría, bufó, ese chico era un poco nerd.

—No vayas a la uni, durmamos —sintió nuevamente el peso del rubio en su espalda antes de caer sobre la cama.

—Eres un pegote, Ta... —le dijo dándose la vuelta, no le gustaba estar acostado boca abajo.

Vio al rubio castaño levantarse de la cama y abrir la ventana de la habitación, sabía que lo hacía para no sentirse encerrado ya que había cerrado la puerta, pero le extrañó que dejara abajo las cortinas, seguramente era para que no entrara el sol.

—Antes eras tú el que entraba a mi habitación y dormía conmigo, no te quejes —y volvió a acostarse al lado de Barcode aunque ahora no estaba encima de él. El castaño lo tomó del brazo aproximándolo él mismo—. Quien te entiende...

Y Barcode lo mando a callar.


—Lo siento, pero no puedes ir —negó su madre nuevamente sin siquiera mirarlo, estaba demasiado entretenida decorando los postres que llevaría a la reunión con sus amigas

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—Lo siento, pero no puedes ir —negó su madre nuevamente sin siquiera mirarlo, estaba demasiado entretenida decorando los postres que llevaría a la reunión con sus amigas.

El chico sintió ganas de arrojarle la bandeja al piso pero ya no era un niño como para hacer esas rabietas, sin tomar en cuenta que le había costado tiempo y esfuerzo hacerlos.

—¿Pero por qué no? —insistió exigiendo una respuesta más justificada—. Aunque no lo quieran decir, tú y papá saben que ya he reprobado este curso, he faltado demasiado y no tiene caso que siga asistiendo.

La mujer suspiro.

—Mark, aun no es seguro que repitas el curso —dejo lo que estaba haciendo para mirarlo—. Es cierto que tienes muchas faltas pero iré a hablar nuevamente con tu directora para solucionarlo, tus inasistencias tienen justificación médica, cariño.

—Ya, ignoraran las faltas pero los maestros me encargaran un montón de trabajos para justificarlas e igualmente voy a reprobarlos —refunfuñó.

—No puedes darte por vencido si aún no lo intentas —dijo su madre abrazándolo. Enseguida sus brazos la rodearon, le encantaba que ella fuese tan cariñosa. —¿Recuerdas cuando Khao dejo de ir a la escuela cuando la abuela murió?

Mark frunció el ceño sin poder evitarlo, "¿Por qué todas las conversaciones terminaban con él incluido?" Ocultó su rostro para que no pudiera verlo. Era la ventaja de ser más alto que ella.

—Cuando regresó a la escuela cada profesor le encargó un trabajo distinto y cumplió con todos, hasta se ganó una beca completa para la universidad que quería. —No era necesario verla para saber que estaba sonriendo.

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