Inocentes

Capítulo 65: Tenía que decirlo

Neo se detuvo una vez que llegó al sitio que conocía de memoria, estaba seguro de que podría llegar hasta con los ojos cerrados y ni siquiera tropezaría con alguna piedra.

—La otra vez no tuve oportunidad de contarte porque estaban aquí los dos y estoy casi seguro de que el chico es algo vergonzoso, y a First no le gustaría que lo incomodara —sonrío sin poder evitarlo—. Así es, nuestro First tiene novio y al parecer es algo serio. Es un poco gracioso ver la cara que pone cuando nota que alguien en su universidad se le queda viendo al niño, pero es de esperarse... es muy atractivo y el tipo ni siquiera hace alarde de ello, supongo que eso lo hace aún más llamativo —suspiró profundamente quitándose el cabello del rostro.

—Se llama Khao, es un chico de la ciudad vecina que entró a la universidad gracias a una beca casi completa. Cuando First se lo estaba contando a Apo parecía como... —frunció un poco el ceño al no saber que expresión utilizar—, ¿cómo un niño en navidad? Claro, un niño que obviamente no es un Kanaphan —agregó con humor agrio.

—Es extraño... puede expresarse de esa manera sin vergüenza alguna solo para después regresar a su indiferencia, ninguno de nosotros es así. Es cierto que podemos actuar de esa manera pero él es así... —bajo la vista empezando a jugar con la tierra—. Desde pequeño fue así, fue como si hubiese nacido preparado para la familia con la que iba a crecer —negó lentamente arrancando algunas florecillas silvestres que apenas se notaban en la tierra—. Nació sintiéndose ya decepcionado de todo esto y fue quien tuvo la voluntad de hacernos abrir los ojos...

—La vida va bien dentro de lo que cabe —agregó después de haberse quedado callado algunos minutos—, los negocios van mejorando a pesar de que a Apo no le gusta, prefiere seguir en el anonimato, sin ser una imagen pública, y de alguna forma nos ha funcionado todo esto. Bible también es feliz, esta algo molesto porque ahora esos policías saben que estamos aquí —sonrió con algo de burla—, saben que siempre estuvimos aquí. Y First, sí, él está bien... todos lo estamos —se levantó cuando sintió una gota de agua caer sobre su mejilla y volteó al cielo.

—¿Son lágrimas de felicidad o de tristeza, Tay? —preguntó en voz baja esperando una respuesta que sabía que nunca llegaría.

—Somos inocentes, Tay... siempre lo fuimos —miró hacia la tumba un momento, antes de llevarse la mano al bolsillo sacando la Mariposa y girándose con rapidez al escuchar unos pasos aproximarse.

—¿Qué mierda quieres? —espetó molesto.

—Tardabas en regresar —dijo Apo con las manos en los bolsillos mirando solo por un segundo la navaja que traía en la mano—. Guarda esa cosa —ordenó y su hermano obedeció enseguida.

—¿Cuánto tiempo tienes aquí? Sabes que no me gusta que me espíen —le reclamó molesto.

—No te estaba espiando, vine por ti, ya te lo dije —respondió Apo tranquilo, poniendo una mano sobre la cabeza de su hermano sacudiéndole un poco el cabello—. Te estuve esperando en el Pub y por eso vine a buscarte.

—Perdona si te hice esperar —murmuró bajando la vista a modo de disculpa—, pero tenía que despejar un poco la cabeza.

—Entiendo.

—¿Qué te parece el novio de First? —preguntó el menor mientras salían del cementerio.

—Si lo hace feliz a mí también —Apo se encogió de hombros.

—¿Y si muere?

—Estaré al lado de mi hermano hasta que deje de sufrir —volvió a encogerse de hombros. Se detuvieron cuando estuvieron frente a la camioneta que Neo había estado manejando y la moto con la que Apo seguramente había llegado—, pero el rubio no va a morir, Neo —y ahora fue el menor quien se encogió de hombros.

Acababa de sonar la campana anunciando que la hora de descanso había terminado y por lo tanto tenía que regresar de nuevo al aula. Khao no había comido con los chicos esa vez a pesar de que First no se lo tomó para nada bien. El rubio bufó recordando como el azabache lo había mandado a la mierda. Aceptaba que fueran novios, pero el chico no controla su vida y debía de saberlo. Khao respetaba cuando First quería estar solo y por lo tanto él debía de hacerlo también.

Khao necesitaba un momento para el mismo, hacía tiempo que no estudiaba a conciencia y no es porque su promedio haya bajado, solo no quería descuidarlo y era algo que disfrutaba hacer.

Siguió caminando ignorando las miradas que le daban, claro, ahora eran mucho más disimuladas pues una vez que el rumor de que el azabache y él eran pareja de pronto parecía que tenía tuberculosis. Estaba seguro de que mucha gente lo evitaba ahora, y había notado en más de una ocasión que cuando First caminaba a su lado era ignorando por todos, como si dejase de existir porque el otro lo acompañaba.

Iba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera reaccionó cuando lo sujetaron de un brazo metiéndolo a uno de los laboratorios.

—¿Qué demonios te pasa? —preguntó alejándose cuando descubrió que se trataba de Zee y Nunew, que por cierto se veían avergonzados. Khao frunció el ceño cruzando los brazos sobre su pecho mostrándose sumamente molesto a pesar de que una parte dentro de él estaba asustado—. Apártate de la puerta, Zee.

—Lo haré, pero primero quiero que me escuches —dijo de manera reconciliadora, cosa que hizo al rubio cabrear aún más. Zee no tenía el puto derecho de hablarle y ya.

—No eres quien para pedirme una mierda —espetó mirándolo altivo—, apártate de la jodida puerta sino quieres meterte en problemas, idiota —gruñó.

—Se nota que se ha juntado con First —murmuró Nunew y desvió la vista cuando los ojos del rubio se cruzaron con los suyos—. Entiendo que estés enojado, ¿sí? —Khao hizo un sonido despectivo—, solo escúchanos un momento y ya, solo...

—Repito, ¿quién mierda se creen para pedirme algo? —preguntó lentamente como si estuviese hablando con personas con notable retraso mental—, ¿este es su intento de pedirme perdón? —preguntó harto—. No tengo nada que perdonar, para perdonar debería odiarles y odiarles significa sentir algo por ustedes y simplemente no lo hago, son tan poca cosa en mi vida en estos momentos que ya no valen para nada, no me sirve estarme atormentando por lo que sucedió y si tanto necesitan escucharlo, está bien: los perdono —dijo más tranquilo y señaló la puerta—. Ahora apártense y déjenme salir, tengo clases y no llegaré tarde por su culpa.

—No estoy pidiendo tu perdón —dijo Nunew sonriendo sin nada de alegría—, no me lo merezco, pero te quiero aclarar ahora que tengo la oportunidad. De haber sabido que era un rumor no hubiera hecho eso y...

Khao le interrumpió.

—Estas perdonado, Nunew, deja de atormentarte y perdónate a ti mismo —Khao bajó la vista sin saber porque estaba tratando de animarlo—, y tú apártate de la puerta —le dijo a Zee.

—Me gustabas —confesó Zee provocando que el rubio se sonrojara y que se incomodara enseguida, desvió la vista pero se giró a verlo cuando lo escucho reír en voz baja—. Tenía que decirlo, ¿sí? no me iba a quedar tranquilo hasta poder decirlo en voz alta, y siento todo lo ocurrido.

—Zee... —murmuró incómodo tratando de hacerlo callar.

—Espera, Khao, no se suponía que te trajimos aquí para esto —le interrumpió Zee—. Supongo que ya sabes del Asesino de Querubines —Khao sintió un escalofrió cuando le escucho decir aquello—. He recibido varias fotos de aquellos chicos que han sido asesinados y unos mensajes extraños.

—¿Por qué me estás diciendo todo esto? —le preguntó sin decirle lo que yo sabía.

—Porque encajas en el perfil —contestó Nunew.