Soy Khao, me gusta el sexo y me gusta cumplir todo tipo de fantasías, estoy disponible todo el tiempo.
¿Orgías? ¿Tríos? Me apunto. ¿Eres mujer, eres hombre? Lo que sea, me gusta de todo; altas, pequeñas, con tetas enormes, tetas pequeñas, morenas, r...
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Mile leyó aquel mensaje en voz alta.
—Es obvio que se está burlando de este chico —dijo refiriéndose a la última víctima.
—Se ensañó con él —agregó Jeff mirando las fotos que había recibido First, las cuales había impreso—. Le ha cortado los genitales otra vez, los estuvimos buscando donde se encontró a la última víctima pero no fue hasta la autopsia que aparecieron.
—Oh por Dios, ahora no solo es un viejo calvo acosador, depravado, asesino, fetichista, sino que también tiene tendencias caníbales —dijo Ta a nadie en particular, cubriéndose la cara con las manos pues Barcode acababa de tomar una de las fotos, y él no quería verlas ni por accidente—. Genial, nos va a matar y luego nos comerá o alguna mierda rara —murmuró escuchando a First reírse por lo bajo.
—Aun no podemos saber si es un "viejo calvo" —dijo Mile aclarándose la garganta—, y nada nos dice que sea caníbal.
—Ya, pero el niño no tenía ropa donde guardarle la polla, ¿cierto? — preguntó el rubio castaño separando ligeramente los dedos para poder ver al policía—. Así que o tenia los huevos y la polla dentro del culo, o hizo que se los comiera, porque dudo mucho que le cupieran por la nariz —le dijo alterado.
"¿Cómo diablos podían hablar sobre muertos, del tipo que nos acosaba y sobre testículos amputados sobre la mesa donde solía poner mi comida?"
—Cálmate, Tata —le pidió Barcode, que en algún momento se le había pegado el apodo con el que a veces lo llamaba Khao.
Acarició su cabello y Ta pensó en que no le molestaría en que siguiera haciendo eso, con suerte volvía a quedarse dormido, no quería saber nada de eso. Aun recordaba las fotos que había recibido aquel día y la sensación de que alguien lo estaba persiguiendo y luego el ataque de ansiedad.
Era una mierda todo eso.
Desde que empezó la claustrofobia nunca permaneció en lugares pequeños mucho tiempo, por eso mismo entre clases salía pidiendo permiso para diferentes cosas con la excusa de salir, y de la misma manera cuando empezaba a sentirse encerrado en el departamento salía a dar largos paseos. Aunque se consideraba una persona perezosa la mayoría de las veces, terminaba llevándose la consola portátil y la usaba en los parques, y ahora no podía hacer eso porque sentía que alguien lo miraba, y era obvio que alguien lo hacía.
—Tienes razón, los genitales fueron encontrados en su estómago, pero en el informe forense dice que el chico ya estaba muerto cuando los pusieron ahí —explicó Mile.
—Eso era innecesario, ahora tengo esa imagen en mi cabeza —dijo Ta sentándose y mirándole con asco—. Por mal que se escuche no me interesa saber cómo los ha matado o que les metió y ni por donde lo hizo. Por si no lo recuerdan, posiblemente terminemos igual, saber toda esa mierda solo me hace imaginar lo que me espera. Prefiero ser un ignorante feliz con la esperanza de que tendré la polla donde deba y no dentro de mi propio culo cuando muera, gracias.
