Capitulo 21

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Mientras sacaba las cosas de la rubia de aquel gran bolso rojo, Yoko no podía evitar echar de vez en cuando una mirada hacia donde estaba Enid.

La Omega se sentó en aquel sofá del otro lado del remolque, abrazando sus piernas mientras miraba hacia el suelo, perdida en sus pensamientos.

— ¿En qué piensas? — Preguntó la vampira, ordenando en el armario de la habitación la ropa de Enid.

— ¿Estaría mal si le hubiera pedido que me marque? — Yoko detuvo sus manos de golpe, congelandose ante esas palabras.

Volvió hacia Enid bruscamente, encontrándose con su rostro completamente rojo.

¿Estaría bien que la hubiera marcado?

No es como si ellas dos no tuvieran el derecho de enamorarse y volverse una pareja oficial, es solo que, por las circunstancias en las que las mellizas se encontraban, si Enid estuviera marcada solo complicaría más las cosas, así que si Merlina no lo hizo, es porque fue capaz de conservar su sentido común incluso ante el celo de Enid.

Era eso, o Merlina no tenía porque marcarla si no estaba ahí su interés.

— No creo que estuviera mal que ella te marcara, pero puede que no sea el mejor momento para hacerlo — Volvió a lo que hacía, pero en su mente seguía esa pregunta.

¿Merlina no lo había hecho para evitar más problemas?

O ¿No está interesada en marcar a Enid?

Tenía derecho a preocuparse, pues aunque apoyaba más a la pelinegra que a la peliblanca, era molesto no saber a ciencia cierta que pasaba por la cabeza de Merlina al haber tenido la atención de Enid tan fácilmente.

— ¿Ella te gusta? — La curiosidad ahora era saber lo que pensaba Enid, era más sencillo eso que entrar en la mente de la Addams.

El silencio invadió el lugar, notó como los piecitos con medias de diferentes colores de Enid se movían inquietamente, la rubia se abrazó con más fuerza a sus piernas, y tomó una breve inspiración para hablar.

— Yo...No lo sé — Escondió su rostro, pues sabía lo que venía.

— ¿Que tu...No lo sabes? — El cerebro de Yoko se puso en blanco por un momento — ¿Cómo...como que no lo sabes? Enid.

— ....

— ¿¡Cómo no vas a saber si te gusta, Enid!? — Dejó de lado el bolso y fue directo hacia ella — ¡Tu lobo la escogió para tu celo! ¡Vives siempre pensando o mirándola a ella! ¡Buscas inconscientemente una forma de estar a su lado! ¡Quieres que te marque, ¿¡y aún así no sabes si te gusta!?.

— ¡Es que...Es complicado, Si! — Dejó se esconderse — No sé lo que siento por ella, todo se vuelve confuso, cuando está cerca siento que me gusta, pero cuando se aleja la odio, cuando actúa de forma indiferente la odio, pero cuando me presta atención me gusta, la odio y me gusta al mismo tiempo. ¡Es ella la que no se decide en si amarme o rechazarme!

Comenzó a respirar con fuerza, su rostro seguía rojo, pero esta vez por la ira en su interior.

Sabía que Merlina no se había interesado en ella al instante, no como Enid lo hizo, pero esta última vez que estuvieron juntas, sintió algo más que un gusto por su cuerpo, fue más que solo sexo por necesidad como habían tenido la primera vez, sintió amor, e interés de estar con ella, el deseo de tenerla en sus brazos, y su propio deseo de estar en ellos.

Y aunque las acciones pueden valer más que las palabras, Enid quería saber, de la propia voz de Merlina, que la estaba escogiendo a ella por encima de cualquier cosa.

Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora