Capitulo 36

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×Merlina×

La cabaña que se encuentra detrás de la mansión me hace sentir muy cómoda, yo lo atribuyo a que siempre me han gustado los lugares apartados dónde poder estar sola, igual que mi viejo remolque.

Tuve que remodelar todo el lugar, pasé una semana entera en eso, y me gustó mucho el resultado, ahora tiene una habitación con cama matrimonial, un plasma y su propio baño, el recibidor es cómodo con algunas plantas decorativas colocadas estratégicamente en ciertos puntos, una cocina equipada con lo que necesite, y una oficina en la que trabajar.

Pues aún no se me olvida que soy la matriarca de la Orden, tengo que comunicarme con ellos de vez en cuando.

Hace dos años, Dine regresó junto a mi hermana tras cumplir con su labor, se está haciendo cargo en mi ausencia y probablemente lo haga durante mucho tiempo pues no planeo sentarme en ese trono de piedra a mirar a todos durante todo el día sin hacer nada más.

Ese trabajo es perfecto para ella.

Por su parte, Goody servía a sus peticiones mientras entrenaba con Dine, quien la aceptó como pupila sin problema alguno.

Ambas se hacían cargo mientras yo no estaba, y me dejaba a mi cancha libre para enfocarme en mi hijo.

Al inicio no esperé que Ferlan me reconociera, fué una sorpresa, sus muestras de cariño también son una sorpresa, y me dejan congelada, pero me hace bien saber que no me odia, aunque dudo que tenga la capacidad de sentir emociones tan fuerte como el odio a esta corta edad.

Termino de ducharme, me visto, con unas botas altas y mis pantalones Militares, una camiseta oscura debajo de una chaqueta, y salgo de la cabaña.

Frente a mi, estaba Ferlan.

— ¿Que pasa? — Me incliné ante él y sus grandes ojos azules conectaron con los míos.

Por alguna razón me alegra que sean los ojos de Enid.

— ¿A dónde ibas? — me preguntó, sus ojos examinaban mis expresiones.

— Planeaba ir al pueblo, a hacer algunas compras — Él se acercó a mi, y sus pequeños dedos sujetaron mi naríz, apretando lo más fuerte que podía.

— No te soltaré si no me llevas contigo — Me amenazó.

Mi hijo acaba de amenazarme.

Que orgullo.

— Pregúntale a mamá si puedes venir — Antes de que siquiera terminara de hablar, él corrió de regreso a la mansión, solo unos segundos después, traía a Enid sujeta por su vestido.

Se detuvo, volteó a mirarla, y preguntó.

— ¿Puedo ir con Madre al pueblo? — Noté como su tono de voz cambiaba a uno mas infantil y manipulador, vaya, en definitiva es hijo de Enid.

Ella levantó la mirada para verme, no había siquiera una emoción reconocible en ella, era fría, más de lo que podía decir que me gustaba.

Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora