Capitulo 43

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×Merlina×

No creí que mi tolerancia sería puesta a prueba tan rápido.

– Enid – Hablé con dificultad, su peso estaba sobre mí, y sus suaves ronquidos incluso parecían una canción de cuna, todo su cuerpo me aplastaba, no es como que ella fuera muy pesada, pero sabía que lo hacía para que no me moviera, me abrazaba, y ni siquiera tenía la más mínima decencia de controlar su aroma.

Aunque bueno, si está en celo su principal objetivo debe ser atraerme, no reprimirse.

La dejaré ser, el tiempo que quiera, sabía que luego de que despertara debía preparar el desayuno para ella y buscar supresores.

¿Para que?

Pues una de las ventajas de esto es que disminuyen el dolor de los cólicos durante el celo, dado a qué Enid ya tiene un cachorro, estoy más que segura de que unas cuantas pastillas no serán suficientes para calmar su celo, inevitablemente terminará por pedirme alivio, y no sé si estoy lista para ese momento.

Enid despertó cerca del medio día, toda mi cabaña está acondicionada, así que la hice llevar ropa extra para que no tuviera frío mientras caminaba por ella.

Claro que seguía insistiendo en quitársela.

Me hizo recordar la vez en que tuve que ocultarla en mi remolque mientras buscaba una forma de eliminar mi aroma de ella.

Quien diría que ahora está conmigo, como mi Omega, viéndome como su Alfa, y esperando encontrar consuelo solo en mí.

No se apartó de mi lado durante todo el día, me pedía atención, y se acurrucaba cerca de mí, mientras intentaba trabajar.

Nunca había visto a Enid así, es algo nuevo, tuve que mezclar los supresores junto a su comida pues se negaba a tomarlos, supongo que es porque estoy cerca, su lobo debe verlo como algo innecesario, pero mientras Enid pueda controlar el dolor con supresores, es lo que le daré.

Terminé de bañarme luego de quitarmela de encima, le pedí que hiciera lo mismo, y tras una hora entera llena de reclamos y súplicas para que no la dejara sola, accedió a bañarse por su cuenta cuando le prometí un regalo.

Ordené mi habitación, porque ella la había vuelto un desastre buscando las prendas que más conservaban mi aroma para poder hacer su nido, busqué en la ropa que le traje algo para que usara luego de bañarse e intenté controlarme.

No me está haciendo para nada bien el que Enid esté aquí, en celo, comportándose de una manera tan vulnerable, y esperando que la proteja.

Respiré profundamente y era tan fuerte su aroma a mi alrededor que terminó por sonrojarme, escuché la puerta del baño abrirse y enseguida mi cuerpo fue envuelto en un aura fría , que me hizo estremecer, me dí la vuelta en su dirección y me encontré con una traviesa Omega a la que no parecía importarle el estar desnuda mientras me abraza un poco mojada, sonreía, como una niña, dejando salir su aroma casi como un afrodisíaco para mí, y mirándome con ilusión.

– .... Frío... – Murmuró, su cuerpo temblaba como un pollito recién nacido y se aferraba a mi con fuerza.

Mis ojos no pudieron evitar bajar más allá de su rostro, pero me obligué a mi misma a no faltarle al respeto.

Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora