Capitulo 28

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Su cuerpo se movía ligeramente de un lado al otro, en su inconsciencia, aún era capaz de escuchar las voces de aquellos desconocidos que conversaban cerca de ella, una de esas voces, reconociendola de una familiar y amargada Omega.

Sintió la mano de la Omega sobre la suya, intentando brindar seguridad y calma, y la verdad, lo había logrado.

Cuando el auto se detuvo, hizo el esfuerzo de abrir sus ojos, siendo segada por la luz del sol que entraba por la ventana del vehículo.

— Hora de bajar, Merlina — Volvió a escuchar esa voz, girandose para mirar aquellos ojos azules opacos junto a ella.

— Dine... — Murmuró la pelinegra, mirando el cómo la mano de la Omega no soltaba la suya — ¿Dónde...?

— Te responderé todo cuando estemos adentro — Respondió, soltando la mano de Merlina y bajando por la puerta de su lado, al cerrar esta, el sonido hizo despertar a la Alfa, quien, perdida en sus pensamientos por un instante, abrió la puerta para salir del coche.

Siguió a Dine hasta aquella mansión, deteniéndose justo delante de las escaleras que conducían a la entrada.

— La mansión Birdsnow — Al escucharla, Dine se dió la vuelta, mirándola algo confundida.

— ¿La recuerdas? — Preguntó, abriendo la puerta del lugar para que Merlina pasara en cuanto se acercó.

— Recuperé algunos recuerdos, más agradables de lo que pensé — La puerta se cerró detrás de ellas, y Dine volvió a tomarla de la mano, conduciendola por un pasillo junto a las escaleras.

— Eso quiere decir que sabes quién soy realmente — Abrió una puerta, que conducía a un pasillo aún más largo — Me ahorra el tener que dar explicaciones innecesarias.

Cruzó en una esquina, abriendo la puerta luego de esta, para entrar en una habitación algo oscura, dónde una especie de esfera extraña estaba en el centro del lugar, recibiendo directamente la luz de un farol amarillo.

— Se nos acaba el tiempo, la orden está pidiendo porque tú sentencia sea inmediata, y la Maestra ya no puede protegerte — Comentó, obligando a Merlina a sentarse en la silla justo en frente de aquella bola de cristal — Merlina, el juicio será completamente en tu contra, sin derecho a palabra de defensa, o siquiera a suplica por tu vida, la Orden habla en serio.

— ¿La orden? ¿O Jessica? — Fue obvio el cómo Dine apretó la mandíbula, igualmente enojada.

— Jessica convenció a la orden de que incumpliste con tu parte del pacto al embarazar a Enid — Dijo tras un suspiro — Era exactamente lo que necesitaba para probar que ya no eras digna de la piedad de la Orden.

Dine se apoyó de la mesa en la que estaba el cristal, respirando profundamente, mirando a Merlina, como esperando su respuesta.

— Enid no se quedará con ese cachorro — Los ojos de la Omega se abrieron de sorpresa, a punto de decir algo, pero Merlina continuó — Recuperó la memoria sobre Goody, y sobre mí, razón por la que sé, Enid debe de estar odiandome con todo su ser, y apenas sepa que ese cachorro es mío, se inducirá el aborto.

— ¿Que tanto recuerda? — Preguntó, intrigada.

— Todo lo relacionado a mi, relacionado a Goody, y a lo que ella sepa sobre el incidente de hace 9 años.

— Pero...¿quien...?

— Yo borré su memoria, o si quieres verlo de otra manera, oculté sus recuerdos de ella misma — Dine notó que la actitud de Merlina era diferente, el aire que desprendía era tranquilo, calculador y nostálgico — También oculté los míos con relación a ella, todo lo que viví en el pasado con Enid, lo almacene lejos de mi alcance, pero supongo que ya están de vuelta.

Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora