Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair

capitulo 37

×Enid×

Creí que tendría que salir a comprar los ingredientes para hacer el pastel de cumpleaños de mi pequeño, pero señorita millonaria me ahorró el trabajo, así que solo debía enviar las invitaciones a los chicos del pueblo con los que alguna vez jugó Fer y hacer las decoraciones.

Las manualidades se me dan bien, así que antes del gran día, comenzó mi trabajo fuera de la vista de Fer para prepararlo todo.

¿Ella sabe siquiera que su hijo está por cumplir años?

No le he dicho nada...

Salgo de mi habitación y me dirijo de mala gana hasta la cabaña, al menos debería decirle, no quiero que Fer se sienta mal porque ella no lo sepa.

Toqué la puerta apenas llegué, la cabaña no se parece en nada a lo que era antes desde que la remodeló, supongo que el tener demasiado dinero la impulsa a gastarlo como quiera, vuelvo a llamar ya que no recibí una respuesta, pero sigue sin atender.

¿No está?

Me devuelvo a la mansión y subo hasta la habitación de Fer, tocó antes de entrar pero él tampoco está.

¿A dónde fueron esta vez?

No me dijeron que saldrían así que deberían de estar en alguna parte del terreno.

Busqué en todas las habitaciones del primer piso, pero no los encontré, fuí al jardín llamé al nombre de los dos, pero no recibí respuesta, así que volví a la cabaña.

La escencia de leche chocolatada estaba en el aire, y era reciente, hacía un tiempo que no usaba mi olfato de licántropo pero estoy preocupada.

Olfateo las suaves corrientes de brisa provenientes del bosque a un lado de la mansión, el rastro me llevaría al interior, y no dudé en entrar entre los arbustos para seguir el camino.

Extrañas veces, Fer sale de casa en las noches, siempre lo reprendí por ello, ya que entraba al bosque de noche y yo salía a buscarlo antes de que fuera más lejos, desde que se lo prohíbo, solo mira las estrellas en su balcón.

Estuve caminando un largo tiempo, unos 15 minutos, cuando logré detectar otro aroma junto a él, chocolate negro, Merlina está con él, el pánico abandonó mi cuerpo al sentir que al menos no está solo.

El sonido del agua aumentar con cada paso me hizo ir más lento, escuché la voz de Fer, y me escondí, no sé porqué, pero aguardé detrás de un árbol y los miré de lejos.

— ¿No te gusta el agua? — Preguntó Ferlan, con la mitad de su pequeño cuerpo sumergido en un manantial de aguas cristalinas.

— No es eso — Respondió Merlina, quien lo observaba darse un baño desde la orilla de este, sentada en una roca.

Fer se sumergió completamente, pude notar el cómo Merlina se inclinó hacia adelante en cuanto él lo hizo, y cuando volvió a emerger, ella retomó su posición relajada.

— ¿Entonces que es? Tú me tragiste, pensé que querías bañarte.

Desde que Merlina está aquí, Fer es un niño muy conversador, le gusta interactuar con ella y conocerla más, esa fuerte curiosidad que siente es lo que lo ha llevado a hacer cosas que nunca ha hecho o que no le agradan.