Capitulo 19

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×Merlina×

Mi habitación es un santuario, es mi lugar de paz y tranquilidad, dónde puedo alejarme un momento del bullicio exterior y disfrutar de mis propios sonidos, los cuales siempre han sido reconfortantes.

Cuando regresé a casa, mis padres me recibieron tan cálidos como siempre, y luego de una breve plática de las cosas que había hecho en mi estadía en Nevermore, me permitieron retirarme hacia mi habitación.

Y eso hice.

Me dejé caer en la cama, extrañaba la sensación, el frío en la tela, a la par con su suavidad. Respiré profundo mientras meditaba lo que haría ahora que estaba en ese lugar, las cosas que pasarían no serían buenas, eso estaba claro, pero aún así me permití relajarme un momento, después de todo, lo que sea que deba pasar, pasará cuando esté completamente descansada.

...

Los rayos de la luna entraron por el pequeño espacio entre las cortinas, iluminando mi rostro, abrí los ojos para encontrarme con que la noche ya había caído.

Miré el reloj de pared ubicado en mi habitación, y noté la hora.

11:57 PM

Sin siquiera pensar otra cosa, me coloqué un abrigo, y bajé las escaleras.

La casa estaba a oscuras, y eso me indicaba que mi madre ya debía estar en la sala del aquelarre. Al llegar al primer piso, fuí directamente a un callejón sin salida de la mansión, claro que este si tenía salida, o mejor dicho, una entrada.

Tras acariciar suavemente sobre el tapiz antiguo que decoraba las paredes, mis dedos chocaron con un pequeño, muy pequeño desnivel en el tapizado, me coloqué frente a ese punto en específico, y cerré mis ojos.

Solo las brujas pueden entrar a la sala del aquelarre, y aunque yo no poseo tal título, si poseo el poder.

Sin abrir los ojos, y con una respiración profunda, caminé hacia adelante, no veía nada, pero sentía una ligera fluctuación de energía a mi alrededor, cuando dejé de sentirla, abrí mis ojos, encontrándome en un pasillo diferente, iluminado con lámparas de aceite, giré hacia la izquierda y continúe caminando.

Hacia dos años que no estaba en ese lugar, y no había cambiado nada. Algunas viejas decrépitas estaban de pie conversando en los pasillos, me miraban con cierto rencor y odio, pero eso me halagaba, así que no pude evitar sonreír, causando reacciones aún mejores.

Tras un laberinto de cruces interminables, mis pies por fin se detuvieron frente a la enorme puerta de madera al estilo medieval con la que entraría a la sala de reuniones de las grandes Brujas.

No hizo falta que tocara, pues al escuchar una voz chillona y añeja invitarme a pasar, sabía que estaban concientes de mi presencia en su escondite.

Las puertas se abrieron solas, dejándome ver a los presentes rodeando el gran caldero en el centro de la habitación.

Me alegra verte, Merlina Addams, Heredera del Don de la premonición y los dotes mágicos de las antiguas brujas Addams — Habló aquella cuyo cabello gris, vuelto una maraña de enredos, caída hasta el suelo.

Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora