Al Filo De Dos Cuchillos 🖤 Wenclair

Capitulo 22

×Merlina×

El olor a pólvora esparcido en el aire de la montaña me mantenían distraída de mis pensamientos, esa sensación en mi pecho, de libertad, es algo que no sentía hace años.

Solo recuerdo haber venido a este lugar un par de veces cuando era niña, mi padre tiene esa extraña afición de cazar venados por deporte, aunque es un licántropo y la noche nos beneficia para la caza, el prefiere hacerlo con armas, silenciadores, una cantimplora militar llena de whisky y horas de estar estático esperando por una presa.

Aunque no lo parezca mi padre es una persona muy desinteresada de la vida, solo se enfoca en hacer las cosas que le gustan y olvidarse del mundo, de cierta manera eso me agrada de él, pues sé que no debo fingir no estar ahogándome en preocupaciones delaten de él, al final, no reaccionará de forma exagerada y solo me aconsejará como un hombre aconseja a un amigo cercano.

— ¿Crees que lo que hice estuvo mal? — Prendió un habano y se sentó en un tronco caído, lo miraba fijamente esperando una respuesta, pero él se tomaba su tiempo para pensar.

— ¿Crees que amar esté mal? — Dejó salir el humo de sus pulmones y con tres caladas más, sus ojos se clavaron en mi — O podría decir ¿Crees que amarla esté mal?.

De todas las personas que podrían responder a esa pregunta, la única respuesta válida sería la que yo misma puedo ofrecer, pero es tan complicado.

Talvez todos piensen que resolver este asunto es tan sencillo como que Goody nos deje a Enid y a mí experimentar adecuadamente este sentimiento que surge entre nosotras, pero la verdad es que no es tan fácil.

También pueden pensar que mis padres son cómplices de semejante estupidez, después de todo, nadie hace nada para detener a Goody.

— Eres como un gato negro, mi pequeña, naciste sin nada de suerte, y todo a tu alrededor parece estar en contra tuya — Miró a lo lejos, mis ojos decayeron un poco al procesar eso, pero seguí escuchando con atención a lo que me decía — Y aunque eres un gato, no cuentas ni con una vida.

Asi es, mi vida ni siquiera es mía, y estar en este limbo es como danzar con la muerte con temor a pisar sus pies, un mal movimiento puede apagar la música para mí, y aunque mis padres lo sepan, sepan que mi vida literalmente cuelga de las manos de mi propia hermana, no hacen nada para detenerla.

Eso me llevó a pensar, que sea lo que sea que haya pasado entre nosotras, me hizo merecer todo lo que me está pasando.

— ¿Crees que mi madre está preocupada? — Negó con la cabeza automáticamente, mirándome con su habano sostenerse en la comisura de sus labios.

— Tu madre está asustada, no sabe que hacer para conservarlas a las dos, sin sentir que debe sacrificar a una — Un viento frío nos azotó, el clima nublado se aproximaba y nosotros no habíamos encontrado un solo venado en toda la montaña — Talvez se refugiaron del clima, vamos a-

El sonido de ramas quebrarse hizo a mi padre tomar su rifle de caza, cargarlo y disparar a mi derecha, cuando quise voltear para saber que había pasado, el pelaje negro de aquel enorme oso fue lo que me encontré, junto con el agujero en su cabeza.

— Bueno, al menos no volveremos con las manos vacías.

Mi mente pareció volver a conectarse cuando caminó hasta el cadáver, tomando una de sus patas para jalar de éste montaña abajo.